bambones-final-2013-300x199BENITO CABRERA | VA POR EL AIRE

Supuestamente, de una alteración popular de la palabra música se generó la palabra musga, que luego derivó en murga, para referirse a todo grupo que interpreta música ligera por la calle. Felipe Pedrell, en su Diccionario Técnico de la Música (1894), ofrece la siguiente definición: “Nombre dado especialmente en Madrid a una pequeña banda de músicos callejeros que acuden a tocar a las puertas de las casas en que hay algún motivo de fiesta o enhorabuena”.

Por otra parte, la murga es todo un género coral-teatral-musical, al margen de los grupos que la practican. Se extendió desde España a Colombia, Argentina, Uruguay y Panamá. Lo que tienen en común en todos estos países es su carácter festivo, irónico y desenfadado, así como el estar ligados a la celebración del carnaval, aunque en algunos lugares también participan en otro tipo de festividades.

Parece que las chirigotas gaditanas son las que más influyeron en las actuales murgas de Uruguay y Canarias. En Montevideo, estas agrupaciones se desarrollaron por la influencia de una chirigota que montaron algunos componentes de una compañía de zarzuela llegada desde Madrid en 1909. En Canarias, es conocido que en el Carnaval de 1917, una chirigota formada por algunos marineros del Laya (navío de tripulación mayoritariamente gaditana), dio el ejemplo para que al siguiente año se copiara la idea, derivando en las murgas chicharreras, que se implantaron luego en el resto de las islas.

El instrumento musical más representativo y frecuente en todas estas formaciones es el mirlitón (aquí lo conocemos como pito de murga), un membranófono que produce el sonido por la propia vibración de la voz del intérprete. Originariamente se fabricaba con cañas y membranas vegetales (como una piel de cebolla) y su principio acústico, tan característico, es común a instrumentos de varios países asiáticos y africanos.