primer plano de Alí Primera

Título original: Alí Primera, en Venezuela. El primer aliado… Haciendo memoria…

Allá por 1978/1979 en Caracas (…unos 33 años de nada… aunque este artículo se publicó por primera vez en 2006 ) y convocados por los siempre activos movimientos nacionalistas en la emigración canaria en Venezuela, en el Aula Magna de la Universidad Central, entre proclamas mil y canciones de varios grupos… Cierra el acto aquel cantor que tanto me impresionó por la fuerza de su canto… Alí Primera, Rafael Primera, quién me mostró con sus canciones que “la verdad de Venezuela no se ve en el Country club, que la verdad está en lo cerros…”. Desde entonces, se convirtió para mí, como para muchos, en nuestra conciencia musical de Venezuela: «Tu canto de turpial de los cardones hizo tricolor el canto».

Aprendí de Alí a ver otra realidad distinta de la que nos pintaban los gobernantes de turno … ‘como resuena el requinto en tierras de Curarigua’… Y conocí barrios donde te cautivaban sus gentes y los mensajes de rebeldía como por ejemplo los que lucían en lo alto los bloques de la urbanización 23 de Enero en plena Caracas. Posteriormente mi hijo creció mientras yo percibía; porque me fijaba, su olor infantil “la piel de mi niña, huele a caramelo y al mango dulcito que se da en mi pueblo…” Cada vez que veo una gaviota me viene a la memoria tu hermoso canto “Blanquísima gaviota”. Todo su mensaje que sostiene la lucha contra la posesión de otro ser vivo… contra apegos irracionales.

Es realmente cierto que cada proceso de cambio social tiene un gran aliado en las canciones que muestran las desigualdades sociales, culturales, políticas o nacionales… ¿Quién no sabe de Víctor Jara en Chile, de Silvio Rodríguez, Sara, Pablo Milanés y toda la trova cubana, de José Molina entre muchos en México, de Mercedes Sosa en Argentina… Más cerca, y otro nivel, en otras circunstancias… cuando empieza Braulio, Caco Senante, y que decir de Taburiente…

Venezuela no sería hoy ejemplo de nuevas formas de cambio social, político y económico sin Alí. Su canto llegó a los cerros y a los del centro, a los oficinistas y los campesinos, a los llanos, a los Andes, al interior y al litoral… Pero sobre todo a las conciencias, esa de la que tanto y tanto hablabas… Pues si bien no sólo cantando se cambia la realidad, si que ayuda mucho. Lástima que la carretera te llevara en ese oscuro ¿accidente? (16/02/1985)… Porque como te escuché una vez: dejarías la guitarra para ser tractorista. Pero eso es una realidad, tu pala del tractor está forjando un nuevo camino junto a un pueblo ejemplar que ha devuelto a la humanidad la aspiración de poder ser más justa, libre y soberana: en el charrasqueo todas las cuerdas del cuatro han sonado juntas…

“Dios salve, viejo golpero la belleza de tu canto…pues los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”…

Y es por eso y por mucho más que yo como muchos creo en el canto: …en el canto todo luminoso y solidario. En el nombre del pueblo, de sus manos callosas… como orgullosamente firmaste tu obra: “canción mansa para un pueblo bravo”… Cigarrón

Gracias, Alí, porque somos muchos, cada vez más, los que creemos en el canto…

Ramón Francisco González Hernández – Formador