Plan Cultural por Barrios. Una visión diferente de los barrios de San Cristóbal de La Laguna

Aprovechando el Plan Cultural de Barrios (www.culturalalaguna.es) que impulsa la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de La Laguna, en el que se han programado diferentes actividades y actuaciones en distintos puntos de los barrios situados en el Municipio, hemos querido acercarnos a uno de los barrios laguneros más emblemáticos a través de la visión de una joven mujer que ha pasado más de diez años en la localidad de Taco, escuchando sus vivencias y su desarrollo mientras estudiaba en el popular colegio Marina Cebrián.

Taco es una pequeña ciudad dentro de otra. Aglutina a su vez los barrios de San Luis Gonzaga, Finca Pacho, San Matías, El Cardonal, Las Torres de Taco, San Miguel de Chimisay, San Jerónimo, El Pilar y algunos otros que se nos olvidan, sin pretenderlo, eso sí. Taco es reconocido por cualquier habitante de la isla. Su población, con un importante origen gomero y majorero, se sitúa como el segundo núcleo más importante de San Cristóbal de La Laguna.

A lo largo de los años, con el paso del tranvía, la apertura de centros deportivos con piscinas o la Casa de la Juventud se ha pretendido dinamizar cada uno de los pequeños núcleos que forman el conjunto de Taco, creando mayor motivación y participación entre sus vecinos.

Mujer, 28 años. Taco, 2 de Abril de 2013.

– ¿Cómo han sido tus experiencias en el barrio de Taco?

«He de decir que han sido muy buenos años los vividos aquí, me eduqué en el Colegio Marina Cebrián, en el que estuve 13 años y anteriormente en la guardería que se sitúa frente a los dos colegios San Luis Gonzaga y Marina Cebrián, vamos, que toda mi infancia hasta la adolescencia me la pasé aquí, y fueron muy buenos años».

– Muchas veces la percepción que se tiene desde fuera es de miedo al entrar según a qué lugares, tendemos a ir de hecho con ideas preconcebidas. ¿Qué crees sobre ello?

«Sí, quizás como personas, el ir con ideas preconcebidas por lo que nos han contado o hemos escuchado, es inevitable. Pero cuando lo vives desde el interior ves que no se puede generalizar ni etiquetar desde un primer momento, ya que después te das cuenta que son familias muy luchadoras con algunas historias desafortunadas. Familias monoparentales, familias numerosas, familias con todo tipo de características que sin embargo, se han mantenido como personas trabajadoras y luchadoras, adaptándose a cada una de las situaciones que se les han ido planteando».

– ¿Crees que ha cambiado tu desarrollo, o ha sido diferente a estudiar en otro contexto?

«Pues, podría decir que sí, te hace ser quizás una persona con una mente más abierta, con las historias y vivencias que puedes tener junto a compañeros con variedad de situaciones familiares. Así que mi experiencia puedo decir que ha sido positiva, he aprendido a convivir con diferentes personas independientemente de las diferencias de raza, religión, sexo, nivel social, etc. He visto a grandes profesores con una paciencia monumental al saber como tratar a la panda de monstruitos (risas). Llegamos a tener profesoras que nos trataban como verdaderos hijos y se preocupaban, en muchos casos, más que los padres de algunos compañeros».

– ¿En qué crees que se ha diferenciado más tu educación en entornos como éste respecto a otros?

«La educación se enfocaba mucho más a las personas y a las vivencias que podríamos tener a lo largo de la vida, que en los conceptos preestablecidos en un currículum que pueda estar más centrado en los contenidos y los resultados. Pero, a pesar de que muchos puedan ver en esto un desacierto, yo no me puedo quejar porque, quizás, hacen a las personas más luchadoras al enfrentarse a otros entornos. En mi caso, seguí estudiando, me puse a trabajar y a estudiar al mismo tiempo, he tardado más en sacar mis estudios, pero todo se tiene que centrar en las ganas que uno tenga de hacer una cosa u otra con su vida. Y no sólo yo, muchos de mis compañeros han tenido grandes logros, son trabajadores, algunos han creado familias y otros, en menor proporción han seguido estudiando. He de decir que me siento orgullosa de haber estudiado en Taco, de haber tenido las experiencias que he tenido en éste contexto. De habernos inculcado el afán de superación cada día, siendo conscientes en cada momento de todo lo que podía ir mal».

– En general, ¿cómo ha sido tu vivencia fuera del entorno educativo en este barrio?

«En mi caso se vinculó mucho al entorno educativo, básicamente porque no he vivido en Taco, pero sí que vive mi abuela y me crié con ella, porque mis padres trabajaban todo el día. Pero experiencia, puede ser por ejemplo cuando me recorría todo Taco y San Matías con una caja de dulces para hacer un viaje con el colegio, me encontraba con personas de lo más amables, nunca tuve un problema. He conocido a grandes personas, que sí que viven en Taco y siguen viviendo aquí, son personas luchadoras y trabajadoras. A pesar de lo que les ha tocado vivir con sus diversas situaciones familiares han sabido seguir adelante de la mejor forma. Yo viví el proceso de la restauración del nuevo centro que han construido. Mis dos últimos años educativos (3º y 4º de la ESO) fueron en pleno derrumbe del antiguo edificio, el cual aún recuerdo con mucha añoranza. Unos años más tarde me pasé a ver la nueva construcción, ésta vez como estudiante de Pedagogía y he sido consciente del gran trabajo que están haciendo todo el equipo educativo tanto en el IES Marina Cebrián (www.iesmarinacebrian.com).

Haciendo que los vecinos se sientan parte de un entorno común con las personas que viven en su mismo barrio, se pretende crear situaciones tanto de aprendizaje como de disfrute de diferentes actividades culturales».