Nabor Moreno y Simón Delgado, Tres de Copas

En la Prehistoria se denominaban trueques. Las dos partes ganaban algo y no se cuestionaba tanto el valor de lo que estaba en juego. Hoy, con el desmoronamiento social y con la crisis de valores existentes, muchos creadores y emprendedores se han metido de lleno en lo que pronto será un auténtico tsunami, el crowdfunding y el crowdsourcing. Se trata de dos vías por las que muchos artistas de diversa índole piden primero y consiguen después (aunque no siempre es así) financiación colectiva de manos de sus seguidores, amigos y otros creyentes del proyecto.

A través de la primera herramienta, una persona o varias pueden lograr un colchón económico para hacer realidad su proyecto mediante unas plataformas destinadas al efecto, como Verkami o Goteo. Pero no solamente es utilizado por artistas. Un emprendedor que necesita capital para su negocio también lo puede hacer, claro que tiene que enganchar con ese proyecto a todos esos previsibles colaboradores.

A raíz del crowdfunding han nacido otras vías de respaldo colectivo, y no estrictamente monetario, sino de recursos -el crowdsourcing- (prestación de instalaciones, de instrumentos, de material audiovisual, de recursos humanos y un largo etcétera). La metodología, tanto para crowdfunding y crowdsourcing, puede variar un poco pero por norma general funciona con unas pautas que se repiten en casi todas las plataformas. El punto de partida es la instalación del anuncio en el programa escogido y, desde su puesta en marcha en Internet, fijando previamente un plazo de tiempo, los seguidores actúan.

Lo ideal de este juego es que estas personas (los colaboradores) estén al corriente de la petición desde el minuto 1. A partir de ahí libertad total con la aportación. La participación es voluntaria (0,50 céntimos, 50 euros, 200, 500…da igual). La plataforma mientras, informa al peticionario de cómo va la recaudación y el tiempo que le queda. Un tiempo de oro en el que el interesado debe realizar una explosión mediática en redes sociales sin precedentes. O esa debería ser la utopía. El tiempo apremia en la plataforma porque lo has fijado al poner el anuncio.

De manera que la previsión para entrar en el crowdfunding es tener un plan. Un plan medido, meditado, reflexionado y a ser posible en papel. La mayoría de las plataformas de financiación contienen mecanismos de seguridad, de ahí el plazo de tiempo (Tres de Copas tiene un plazo de 40 días para llegar a la cantidad de 1.300 euros), ya que si el objetivo económico del proyecto no es alcanzado en el plazo requerido las donaciones no son cobradas a los inversores. Por tanto, otra quimera para exprimir al máximo estas herramientas y conseguir el objetivo, es que las personas allegadas al proyecto conozcan éste con antelación, conozcan de manos del peticionario que se pretende hacer crowdfunding y, sobre todo, conozcan y se familiaricen con la plataforma correctamente.

En cualquier caso, no son nuevas. No han venido ninguna de las dos con esta crisis. Desde 2007 es cierto que se han agudizado y popularizado, pero esta financiación en masa la puso en pié el grupo británico de rock Marillion, quienes en 1997, consiguieron mediante crowdfunding que los fans estadounidenses financiaran su gira por EE.UU, que costó 60.000 dólares. Y en España, el caso pionero viene de la mano de Extremoduro, quienes en 1989 pudieron costearse el primer disco de este modo.

Finalmente, el crowdfunding dicta que el peticionario debe ofrecer recompensa de algún tipo. Si un cineasta por ejemplo quiere grabar un corto, puede ofrecer aparecer a todas esas personas que le han apoyado en los créditos finales u obtener entradas gratuitas para ver la cinta.

Tres de Copas

Estos trueques, que no dejan de ser intercambios y ayudas para sacar adelante proyectos artísticos y culturales así como proyectos empresariales, están revolucionando ahora la red, hecho que parte seguramente de aquello de que la necesidad agudiza el ingenio. Y eso es lo que debieron pensar Nabor Moreno y Simón Delgado, de Tres de Copas, un dúo musical de Tenerife de pop y rock representativo en las Islas y con dos discos en el mercado.

Ahora, pretenden sacar el tercero a base de crowdfunding (a través de la plataforma Verkami, una de las más populares en España). Se han decidido a realizar crowdfunding porque quieren la implicación directa de sus seguidores, personas a las que les guste su música o simplemente quieran contribuir a que ese disco vea la luz. El proyecto musical está diseñado, las canciones escritas, incluso tienen elegido el productor que hará los arreglos (José Izquierdo). Cuando un proyecto está tan diseñado, es el momento idóneo para lanzarte a una campaña de crowdfunding.

Nabor Moreno y Simón Delgado, integrantes de Tres de Copas, gozan de un público fiel que se han trabajado a lo largo de los años, motivo por el que les parece razonable la llamada al crowdfunding. Explica Nabor que «tener un público tan fiel es importante para llevar a cabo este proyecto a través de esta vía, ya que en realidad son ellos los que dicen si sale adelante o no, por esto nos parece que el crowfunding es genial. La conexión entre público y artista es directa. No hay intermediarios. Si quieres apoyas el proyecto y si no, nada. Nosotros confiamos en nuestro público».

Para ellos, Internet tiene sus cosas malas y sus cosas buenas. Nabor explica que el crowdfunding «nos ha parecido una de las mejores y más importantes invenciones que han habido en la red, junto con la explosión de las redes sociales, aunque podemos decir que casi están interrelacionados». Según dice, «lo mejor de todo es que es algo innovador y no está saturado», pero lo dice a sabiendas de que seguramente dentro de unos años estaremos cansados de que nos bombardeen con proyectos de crowdfunding. «Internet es así, muchas ideas innovan primero y luego, con el tiempo, se van diluyendo en la rutina», explica.

Hay ventajas y desventajas en estas herramientas. Para Nabor, la ventaja más importante es que puedes financiarte tus proyectos culturales, sin necesidad de depender de intermediarios, sellos discográficos, editoriales  subvenciones, el que siempre te pongan  pegas y te retrasen por burocracias. «Hemos visto que con el crowdfunding ya únicamente dependes de tu público, y eso es en realidad la vida del artista, el saber que hay un público que sigue creyendo en ti y te lo hacen saber invirtiendo en tus proyectos. Sabemos también así que no podemos defraudar».

«Tres de Copas es una banda que dejó buen sabor de boca al público canario, y del mundo en general, ya que tenemos seguidores en México, Perú, Inglatera, entre otros países. Además de que el público que tenemos en Canarias es muy fiel, y se puede decir que son ellos los que han hecho posible que se plantease la salida de un tercer disco».

Tres de Copas es un ejemplo más de iniciativa cultural canaria que se internacionaliza mediante la innovación y los nuevo modelos de negocio. Un caso más de los que apoyamos desde Canarias Cultura porque marcan una nueva forma de pensar y de hacer. El grupo tiene su proyecto en Verkami y lo puedes apoyar en este enlace: http://www.verkami.com/locale/es/projects/5166-tres-de-copas-disco-nuevo