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En esos años tuvimos varias sintonías. Southside Jhonny fue reemplazado por La Prisión Provincial de los Coquillos. Era el único disco que tenían en la calle, el primero, y la guitarra tenía una fuerza que recordaba a Dr. Feelgood, Larry Walish, The Hot Rots, aquellas bandas del sello Stiff, sonido que nunca volvieron a lograr. La salida seguía siendo El Eructo del Bisonte.

Para nosotros en aquellos momentos en el Archipiélago había una banda clave: Ataúd Vacante. Por entonces iban a cerrar su contrato con Manzana y para ello sacaron un disco recopilatorio de los dos anteriores que tenían con esa discográfica: Chorros de amor y En facturation. No olvidemos que con anterioridad habían grabado una joya punk titulada Nichiquitaunamosca (Discos Medicinales, 1987) con un montón de temas de dos minutos y medio, grabado sólo por una cara del disco. En ese recopilatorio aparece el cambio de nombre: de Ataúd Vacante a Tractores. Esa era nuestra banda, la perseguíamos con entrevistas telefónicas y pinchando sus temas. Por desgracia actuaron muy poco en Las Palmas, en la capital. Recuerdo verles un par de veces en La Calle, con un grupo de incondicionales. Tener a tu banda favorita enfrente con tan poca gente, sabedores de que eran grupo de culto, para minorías, era siempre un lujo. Mala promoción, desinterés por parte de Manzana. (Años más tarde, Las Ratas primero y Species después, con Fafe, guitarra de Tractores, como productor –y como guitarrista en Species tras la marcha de Bis-, se convertirán en dos de las bandas que más gente arrastran en los conciertos locales en todo el Archipiélago).

Tractores giraron por Euskadi, incluso por Italia –gracias a la novia entonces y futura señora de Silver, el cantante-, pero fueron una banda malograda. Eran pura dinamita en el escenario y sus discos eran buenos. Recuerdo el concierto que más nos impresionó. Fue el día de Canarias en la Plaza de España en Santa Cruz de Tenerife. Estaban Mortimers, La Calle –rebautizados como Los Muelles-, Nadiem, Conemrad… Silver escaló por la torre de los focos y cuando nos quisimos dar cuenta estaba colgado –como un mono- cantando a veinte metros del suelo. Aquél día nacieron nuevos adeptos al mundo del rock. Un ejemplo es el de Gustavo –como él mismo confiesa-, responsable de la web Radikalcanarias en torno al mundo del rock en nuestra Comunidad.

Pues sí, conseguimos que nos hicieran una sintonía para el programa de radio. Aquello para nosotros fue una de las mayores alegrías: sintonía con el nombre del programa, el dial, y, sobre todo, mucho vacile. Esa fue la sintonía en Radio 5. Empezar el programa oyéndola era un lujazo.

De aquella época recuerdo como una de las entrevistas más broncas la que hicimos a Def Con Dos. Llegaron en tromba a la emisora. Estaban todos: César Strawberry, el Coronel Kurtz, J. Karra, J. Al Andalus, Magnun 44, Subteniente Sangre, Silver Sampler, Sargento Brown… Todos. Eran tremendamente disparatados, ocurrentes, creativos sobre la marcha. Llegaron con una botella de Chivas y se la soplaron durante el programa a chupitos que hacían con el tapón de la botella. El calor iba subiendo en el estudio a medida que avanzaba la entrevista. Al final les dimos un vaso de plástico que se les volcó con bastante güisqui y pusieron hecha un asco la mesa con los papeles del guión y carpetas de discos. Seguían disparatados. César y el Coronel eran los que llevaban la voz cantante. Era la época en que César llevaba a modo de collar el emblema gigante del seiscientos colgado con una cadena gordísima. En esto se adelantó a los macarras con cadena de oro y colgante cuanto más grande mejor. El caso es que tocarían en La Calle y era la presentación de su primer disco oficial, Armas pal pueblo, que traía dos moscas follando en la portada y que incluía el tema central de Acción Mutante, con Tuno bueno el tuno muerto, Mineros locos, Sigo siendo heterosexual, Duro y a la encía… Yo descubrí un tema titulado Los reyes son los padres, al que no había prestado mucha atención y que resumía su concepto de canción: una entrada con bases de ritmos muy fuertes y luego una letra quirúrgica:
“Papá Noel ha muerto asesinado, Santa Claus ha muerto empalado, el rey Gaspar ha muerto descuartizado. Los niños ya no tienen a quién pedir los regalos. El ratoncito Pérez es xeropositivo, se lleva los dientes de los niños con el virus… Tu madre es una puta, tu padre es un borracho y tú vendes klinex en el semáforo”. Y después de un repaso rimado por todas las drogas, acababa con: “No te creas tan fino y déjame el mechero para encender el chino”. Saltaban, por asociación, a Fujimori: “Chino mentiroso, deja en paz a Sendero Luminoso”. Brillantes, sin duda. Era el año noventa y tres.

El tío que teníamos en el control estaba alucinado por el comportamiento y por los tacos y cosas que decían. Estuvieron todo el programa con nosotros y al acabar les acompañamos a la salida. Por el camino sacaban de sus maceteros ficus gigantes y palmeras, dejándolas por el camino allí donde se les ocurría. Nos hicimos unas fotos en un despacho compartido que teníamos con otros programas. Se subían por las mesas y viajaban por el pasillo con las sillas de ruedas. Eran la hostia. (Años más tarde, ya en Onda Isleña volvimos a tenerlos, y recuerdo que hablando de grupos favoritos suyos, uno era MCD. “Qué buenas iniciales, con un significado explícito”, comentó Lola. César no dudó en apuntalar: “Joder si son buenas, Me Cago en Dios”).

Lo que más nos sorprendía era el buen rollo que tenían. Esa bronca que montaban era para pasárselo bien, como debe ser. Sus letras han sido de las mejores: provocativas, arriesgadas, contestatarias, de denuncia…, pero todo con sano cachondeo. Luego les veías ahí, tan buena gente y tan simpáticos. Tan cercanos. Nos lo pasábamos muy bien con ellos y hemos mantenido cierta amistad, de modo que aún nos siguen mandando las novedades de su sello, Bruto Records: Animal, Freak XXI, Narco…