Hoy, domingo 18 de agosto, se inaugura en el Convento de Santo Domingo de Teguise, a las 12 horas, la exposición fotográfica Bethencourt-Lasso.
Sobre Agustín Bethencourt
En el trabajo de Bethencourt se distingue en muchas imágenes la mirada de un amante de la geometría, alguien que busca en la naturaleza la inspiración de lo orgánico, entre el orden y el caos. Inquietudes escénicas sometidas a la observación.
El juego visual del que ofrece asombra gracias a sugerencias y simbologías alternativas a las habituales. Bethencourt nos persuade de la contemplación sensitiva de objetos inanimados. Conforma espacios inéditos y equilibrios contingentes, con materiales y colores. Es un conjunto de matices, figuras, formas y volúmenes que contienen sensualidad, evocación y sugerencias; que abren una mirada optimista y satisfecha dirigida hacia lo habitual.
Con la arquitectura y los escenarios como tema central de sus composiciones, el argumento de su obra ha girado siempre en torno a la luz, al tiempo y al espacio.
“La fotografía podría ser esa tenue luz que modestamente nos ayudará a cambiar las cosas.”
W. Eugene Smith
web: www.flickr.com/photos/bethencourt
Skype: agustin.bethencourt.diaz
LinkedIn: in/agustinbethencourt
Twitter: @BethenPhoto
Sobre Albert Lasso
La memoria de las cosas comienza con el recorrido…ese recorrido de SECUENCIAS donde LASSO busca el CAMBIO de ESCALA, donde la LUZ, el MOVIMIENTO, la ARQUITECTURA y el SER HUMANO conforman el proceso creativo de este MUNDO IMAGINADO abstrayendo la realidad y dejando su esencia.
“Ser es, esencialmente, ser memoria; es encontrar una forma de coherencia,
un vinculo entre lo que somos, lo que queríamos ser y lo que hemos sido.”
Emilio Lledó
“La memoria es el diario que todos llevamos con nosotros.”
Oscar Wilde
“Querer el olvido es un problema antropológico: desde siempre, el hombre sintió el deseo de reescribir su propia biografía, de cambiar el pasado, borrar sus huellas, las suyas y las de los demás..(…) La lucha contra el poder es la lucha de la memoria contra el olvido”.
Milan Kundera
