Rubens Askenar, compositor canario nacido en 1982 (fantástica cosecha) que reside actualmente en Londres. Joven promesa que estudió en el Conservatorio Superior de Música de Canarias (CSMC) con matrícula de honor y que fue becado para estudiar en el famoso Conservatorio Superior de Música de Santa Cecilia de Roma. Realizó su postgrado en el CSMA de Zaragoza y en la actualidad finaliza el programa de estudios Mmus in composition en la Royal Academy of Music de Londres.
Pero no se engañen, aunque sigue estudiando, a sus 31 años ya ha obtenido premios como el Howard Hartog scholarship, el Mosco Carner Award y el G V Turner-Cooke Composition Award. Además, ha recibido diferentes premios internacionales como en el MATA festival de New York, premio de composición en el Festival Internacional de Invierno de Brasil, selección en los premios Injuve 2012, etc.
Su producción abarca todo tipo de géneros y formas, desde composiciones solistas y obras de cámara a formas experimentales de ópera postdramática y piezas sinfónicas. Muchas de sus obras han sido interpretadas por grupos y solistas de primer nivel internacional, tales como BBC Singers, Huw Watkins, Alexandra Wood (concertino de la London Sinfonietta), Ensemble Taller Sonoro, etc, en países como: España, Italia, Finlandia, Noruega, Turquía, Inglaterra, Brasil, EE.UU.
Su trabajo no deja indiferente, arranca el aplauso unánime porque su música, profundamente investigadora y original, cautiva al oyente incluso antes de empezar a escuchar el primer sonido ya que cuida hasta los aspectos estéticos del escenario y de los intérpretes. Con un amor extremo a su trabajo, con una capacidad casi infantil ante la sorpresa y lo nuevo, y con una minuciosidad casi enfermiza, nos encontramos ante uno de los grandes talentos artísticos de Canarias.
– Empecemos por el tópico… ¿De donde procede su nombre tan original?
«Esta es una pregunta frecuente a la que acostumbro a contestar desde que estaba en el colegio. Mi nombre es bíblico. Un nieto de Noé, el del diluvio, se llamaba Askenar. Lo curioso de este asunto es que nunca supe que mi nombre venía exactamente de ahí, lo busqué muchas veces y nunca lo encontré. Fue una compañera pianista, estudiosa de la biblia, la que me señaló este dato un día, cuando colaborábamos juntos en un proyecto.
– ¿Puede explicar a qué se dedica y cómo lo hace?
«Soy compositor, es decir, escribo música para que sea interpretada. Trabajo con el sonido y lo pongo continuamente en conflicto desde diferentes perspectivas. Analizo su comportamiento y lo transformo según mi voluntad. Cada obra tiene sus propósitos y necesita sus cuidados. Personalizo mi escritura en función de la obra y no según un método todopoderoso. Bien es cierto que siento debilidad por lo microscópico, por el trabajo mas íntimo y natural del sonido. La forma o estructura suelen ser consecuencia directa de la manipulación del instante y su transformación natural en el tiempo».
– ¿Y cómo se inició en este trabajo?
«Comencé tocando la guitarra eléctrica en grupos trash y death metal. Luego me interesé por la guitarra clásica y su estudio derivó en la composición, en la que estoy totalmente centrado desde hace ya una década.
– Tantos premios siendo tan joven… ¿Donde radica el secreto de su éxito?
«Los éxitos cosechados son fruto del trabajo diario, de una batalla autocrítica insana con la que convivo cada día en silencio».
– ¿El talento nace o se hace?
«El talento tiene una parte genética y una parte cultural, en oposición. Por naturaleza, lo adquirido o aprendido de otros se opone a lo heredado genéticamente. Por naturaleza tenemos pelo, por cultura nos lo cortamos y estilizamos. La aptitudes heredadas por nuestros ancestros se complementan a través de nuestras experiencias sociales, que pueden potenciar o destruir estas cualidades. El ser humano es una máquina orgánica asombrosa, ¡capaz y con necesidades de comunicar! Creo que somos una especie talentosa por defecto».
– De todos sus estrenos, conciertos, etc… ¿Qué recuerda con más cariño?
«Difícil. Los conciertos son una carrera, cargada de adrenalina y espontaneidad incontrolable. Mis mejores recuerdos vienen de los entrenamientos; los ensayos, la convivencia con otros músicos y artistas con los que aprendo a diario. A pesar de ello, tengo grandes recuerdos de mi estancia en Roma y de mis vivencias en Londres y en Brasil. También recuerdo con cariño los proyectos del CSMC en el Alfredo Kraus. Fueron experiencias preciosas. Una iniciativa brillante que espero que siga beneficiando a muchos otros músicos de las Islas».
– ¿En qué anda metido, si es que los estudios le dejan tiempo?
«Actualmente tengo varios proyectos entre manos. Los más inmediatos son tres estrenos; En Londres, una obra con la orquesta sinfónica de la RAM. En Brasil, para el festival internacional de invierno, una pieza ya estrenada anteriormente en Las Palmas de Gran Canaria por los geniales Dúo Curbelo, y otra pieza en New York City para el MATA festival. Aparte de esto, estoy elaborando un proyecto sin precedentes, una colaboración entre La Royal Academy of Music y el CSMC para crear obras por y para el espacio cultural el Tanque, donde compositores e intérpretes de ambas instituciones colaboren juntos en la exploración sonora de este increíble espacio del que disponemos en Canarias».
– ¿Qué quiere afrontar inmediatamente?
«Académicamente el doctorado. Profesionalmente todo lo que suponga un reto y que sea una laguna en mi conocimiento».
-¿Y su gran sueño a largo plazo?
«Formar parte de la escena musical del país en el que me encuentre, ejercitando el oficio al que he dedicado mi vida; La composición».
– ¿Le gustaría que el festival de Música de Canarias le hiciera un encargo ya?
«Sí. Me siento preparado y cien por cien motivado para afrontar cualquier tipo de compromiso artístico».
– ¿Cómo le afectan los recortes y la situación actual?
«Han puesto en evidencia que soy un bípedo autónomo preparado para la marcha. Afortunadamente el derecho a emigrar sigue vigente. Afronto la situación estoicamente. No obstante, ahora mi habitación es también mi estudio, mi salita donde tomo el té con gofio, mi terraza y casi mi cocina… Quizás sea esta la razón por la cual mi música últimamente busca grandes espacios temporales… ¡Vaya que si afecta! ¡Gran falta que hacen los mecenas!».
– ¿Qué opinión le merecen las políticas culturales en Canarias? ¿Y en Inglaterra?
«Minusvalía voluntaria que reúsa de todo plan rehabilitador. En Inglaterra esto no pasa. La cultura es un pilar fundamental para el país y sus catálogos de eventos culturales son gordos como la guía de teléfono. Se hace dieta, pero no se deja de comer».
– ¿Cuáles son a su juicio las diferencias principales de estar en Inglaterra en vez de en Canarias?
«Oportunidades».
– ¿Es importante salir de Canarias para un creador?
«Tan importante como para un inglés o cualquier otro ciudadano del mundo salir de su país. Conocer, convivir e interactuar con otras culturas es fundamental para cualquier persona, más aún para un artista. Comulgo con la universalidad».
– Está en Inglaterra… ¿Volverá o será talento disidente?
«Quiero a mis Islas, pero mi olfato global y humanista me hace moverme. No sé donde estaré mañana, hoy ni siquiera me importa».
– ¿Se plantea ser profesor de composición?
«Sí. ¡Enseñando se aprende tanto!»
– ¿Qué anécdota destacaría de su carrera hasta hoy?
«¡Muchas! He vivido en diferentes países y esto implica confusiones con las lenguas. Antes temía este tipo de situaciones embarazosas, pero ahora me parece algo tan gracioso y divertido, ya casi que me he acostumbrado. Además te vuelves muy eficiente y directo con lo que quieres comunicar y en cierto modo eso también afecta a la música que escribes y como la escribes».
– ¿Qué consejos le daría a una persona que se inicia en la composición?
«El mismo que me dio Miguel Ángel Linares cuando yo empezaba. Un compositor lo que tiene que hacer es escribir (componer). Esta es una obviedad que a veces el estudiante pasa por alto. Además, estar abierto a todo, ser muy curioso y descansar solo cuando se esté cansado».
