Selene y Endimión_wide_color

Según Felipe Pedrell, la Habanera debe considerarse una “contradanza criolla”, que derivó de la country-dance europea. Llegó a Cuba y fue asumida y adaptada al sentir caribeño, cultivada por compositores cubanos como Manuel Saumell, como pasara con otros géneros como el Bolero Español. Su fórmula rítmica transcurre en la forma binaria del seis por ocho. El primer ejemplo de una habanera del que se tiene noticia es la canción ‘El Amor en el Baile’, de autor anónimo y publicada en el periódico literario habanero La Prensa, el 13 de noviembre de 1842.

La habanera más conocida es ‘La Paloma’ -una de las primeras que se compusieron-, obra del músico español Sebastián de Iradier. Algunos compositores del período del Romanticismo europeo como Debussy o Rabel también hicieron gala del género. La más famosa de ese ámbito es la ‘Habanera’ de la ópera ‘Carmen’ de Bizet.

En España se cantan habaneras en muchos lugares, tanto en su forma popular como en los repertorios corales. Sorprende que en algunas localidades de tierra adentro como Mayorga (Valladolid) se hagan encuentros de habaneras que gozan de gran tradición.

En Canarias se interpretan de varios tipos, aunque priman aquellas que hacen referencia a asuntos marineros. La más popular de todas trata del desamor y no es cubana, sino de origen venezolano. Nos referimos a ‘Fúlgida Luna’. Se atribuye su autoría al maestro Vicente Emilio Sojo, aunque parece que éste actuó como recopilador de una obra que fue escrita originalmente (al menos la letra) por el poeta Miguel Elías Zamora,  en un poema fechado en enero de 1902.

En nuestras islas tuvo dos derivaciones. Como habanera propiamente dicha y como polka, en virtud de una adaptación que el folklorista Esteban Ramírez, de La Oliva (Fuerteventura), realizó e interpretó con su peculiar voz de barítono, haciéndola tremendamente popular.

 

*Imagen: ‘Endymion’ by George Frederic Watts (1872)