Los discos publicados en el 88 (2ª parte)

Ataúd Vacante Chorros de AmorATAÚD VACANTE – Chorros de amor

Silver-voz.
Fafe-guitarra.
Pistol- batería.
Manolo “El Máquina”- bajo.
Grabado en Manzana.
Técnico de sonido Carlos Mas.
Mezclado en Circus por Tino Azores.
Producción Javier y Alberto Segura.
Foto R. de Armas.
Edita Ja Ja Records TF 1467-88.

Manzana lleva siguiendo los pasos de los Vacante y les contrata como ya ha hecho con Moral Femenina y La Pista Búlgara. Quieren que Ja Ja Records (subsello que han abierto para trabajar el pop-rock tinerfeño) se convierta en el máximo exponente de la nueva música que se hace en Canarias. Una nueva etapa para una banda que lleva 5 años demostrando que tienen un público fiel que llena sus bolos con la sana intención de botar ante su espectáculo. Y los Segura ven claro que llegarán a cifras de venta que les auparán no sólo en las islas sino también en la península.

El grupo, ilusionado con esta nueva aventura, entra a los estudios Manzana a grabar este Chorros de amor. Las sesiones de grabación no son todo lo satisfactorias que se imaginaban pero tienen la confianza de que Tino Azores, productor de varios discos de la movida,  resuelva de manera adecuada el material que se lleva para Madrid. Cuando les llega el disco ya plastificado ven que las guitarras distorsionadas que tienen que estar por arriba en la mezcla han desaparecido.

Ja Ja prepara una campaña de promoción y presentación del disco a lo grande y tras varias semanas de estar sonando en todas las emisoras de radio el disco no se vende de la manera esperada. La compañía deja de invertir en Ataúd y entre eso y el mal sonido del disco surgen las primeras malas vibraciones entre las partes. Al margen de eso, el vinilo recoge canciones que son auténticos himnos para la juventud canaria como “San Papusioo “Caminan- do sin mirar”. La historia la escriben las canciones, no los desgraciados culebrones que surgen a su alrededor, porque… ¿dónde estaban los miles de seguidores de la banda cuando se puso el disco a la venta? Aquí confluyen los dos problemas más importantes del rock canario de los 80: uno, nuestro público no compra; y dos, no habían ni técnicos ni productores que supieran plasmar el sonido de las bandas.

Taller IdentidadTALLER CANARIO – Identidad

Andrés Molina-voz/teclados/acordeón/palmas.
Pedro Guerra-voz/guitarra/bajo/timple/laúd y palmas.
Rogelio Botanz-voz/percutería/pito herreño/citófono/ganigófono/palmas.
Producción Tomás Pacheco.
Producción ejecutiva Óscar Bello, Anabel Leal y César Rodríguez.
Técnico de sonido José Fernández.
Grabación y mezclas en los Estudios Manzana.
Edita C.C.P.C.

Identidad es el segundo disco de esta nueva propuesta musical tinerfeña llamada Taller. El Centro de la Cultura Popular Canaria, entidad que nace en 1977 y que tiene como máximo objetivo la divulgación de nuestra cultura, sigue apoyando a esta formación que genera una ilusión similar a la que crearon Taburiente en sus primeros trabajos. Fusión de ritmos modernos con instrumentos tradicionales en un entorno perfectamente comprensible, es decir, Taller igual a investigación.

En este disco continúan con las sonoridades de Trapera; si en el anterior habían innovado creando un instrumento que denominaron percutería (formada por instrumentos de percusión tradicional canaria colocados como una batería), en este disco además utilizan el litófono y el ganigófono, elaborados a partir de los yacimientos arqueológicos y de las crónicas donde se menciona la instrumentación musical utilizada por los guanches. Este trabajo es el que incluye un mayor número de temas clásicos de Taller, como pueden ser “Endecha (Agarfa)”, “A voz en cuello” y “Ahehiles”.

La reivindicación política está más presente y aparecen temas como “La maleta”, poema de Pedro Lezcano donde se critica la especulación y los proyectos de instalar bases militares de la OTAN en Canarias; el emblemático poema de Pedro García Cabrera “A voz en cuello” (“Contra viento y marea (…) amo la libertad”); o “En paro”, donde el acordeón interpreta la melodía de “La Internacional”. Taller son, con Taburiente, los padres de la primera revolución de nuestro folklore.