EFE.- La revisión de todas las dataciones de carbono 14 de los yacimientos de Gran Canaria ha llevado a descartar los resultados que situaban la primera ocupación la isla unos 500 años antes de Cristo y desvela que el primer asentamiento cierto de los antiguos canarios data del siglo III.

El Cabildo de Gran Canaria ha presentado el balance de la revisión que emprendió hace tres años sobre las investigaciones realizadas a lo largo de las últimas décadas en los distintos yacimientos prehispánicos de la isla, a las que ha incorporado otras 40 nuevas pruebas de carbono 14 para varios de ellos.

Larry Álvarez y Xabier Velasco

El coordinador de Cultura del cabildo de Gran Canaria, Larry Álvarez, y el arqueólogo Xabier Velasco presentaron el mapa de detaciones arqueológicas de la isla que ha eleborado la Corporación Insular.

Toda esa información se ha volcado además en una aplicación interactiva (www.grancanariapatrimonio.com) que permite al público consultar al detalle las características de los 35 yacimientos más importantes, ver cuál fue la secuencia temporal de la población de la isla antes de la conquista y despejar algunas dudas.

El coordinador de Cultura del Cabildo, Larry Álvarez, y el arqueólogo de la institución Xabier Velasco han señalado hoy que este trabajo ha deparado algunas sorpresas y ha abierto casi tantas preguntas sobre el pasado de la isla como dudas ha resuelto.

La primera de ellas ha sido descartar la prueba de carbono 14 que remontaba la antigüedad de la necrópolis de Arteara, en San Bartolomé de Tirajana, al primer milenio antes de Cristo, lo que convertía a ese yacimiento en el más antiguo de la isla y en uno de los primeros testimonios de ocupación humana de las Islas Canarias.

Velasco ha explicado hoy que esa datación tenía un margen de error de unos 300-400 años, demasiado amplio para el período que se pretende estudiar, y fue realizada por un laboratorio japonés cuyos resultados han sido desdeñados en los últimos años en varios yacimientos prehistóricos europeos, por dudarse de su fiabilidad.

De hecho, al repetirse ahora una prueba de carbono 14 en el mismo túmulo que arrojó esa datación, se ha descubierto que su antigüedad es mucho menor y se remonta a los siglos XI-XII de nuestra era.

Las pruebas de carbono 14 dejan así como el yacimiento más antiguo de Gran Canaria al de las Cuevas del Rey (Tejeda), una serie de grutas artificiales excavadas entre los siglos III y IV d.C.

Sin embargo, los arqueólogos creen que la llegada de los antiguos canarios a la isla pudo producirse «unos siglos antes», porque las Cuevas del Rey son un yacimiento muy desarrollado y, además, emplazado en la cumbre de la isla, cuando sus moradores ya dominaban el territorio desde la costa hasta sus últimos riscos.

Así mismo, existen dataciones contrastadas en Tenerife y Lanzarote cuya antigüedad retrocede al primer milenio antes de Cristo.

Este trabajo comienza también a corregir una de las lagunas que solía achacarse a las investigaciones sobre las poblaciones prehispánicas de Canarias, en palabras del arqueólogo Xabier Velasco: que ofrecían una imagen plana y estática de ese periodo.

Al reunir en una misma aplicación todos los yacimientos y presentarlos por secuencias históricas, se pone de manifiesto que Gran Canaria vivió dos momentos de expansión demográfica que explican que fuera la isla más poblada de todo el archipiélago cuando la Corona de Castilla emprendió su conquista (se estima que en aquellos momentos la habitaban unas 25.000 personas).

Los asentamientos conocidos más antiguos se encuentran en Telde (Aguadulce), Artenara (Acusa) y Arucas (La Cerera), todos del s. IV.

La isla vive su primera explosión demográfica a partir del s. VIII, momento al que corresponden yacimientos como la Cueva Pintada de Gáldar (la manifestación de arte rupestre más importante de Canarias), La Montañeta (Moya) o El Tejar (Santa Brígida), así como las dos grandes necrópolis del Maipés de Agaete y Arteara.

Entre los s. XII y XV aparecen nuevos asentamientos, en lo que parece sugerir un nuevo crecimiento poblacional: La Audiencia-Risco Pintado (Agüimes), Casetones y Lomo Casetones (La Aldea de San Nicolás), Cañada de los Gatos (Mogán), El Burrero (Ingenio), Bocabarranco-La Guancha (Gáldar) y La Restinga y Tufia (Telde).

«La mirada que podemos ofrecer al patrimonio arqueológico a través de esta aplicación es muy diferente de la que teníamos hasta hace poco», apunta Velasco, que reconoce que sigue habiendo preguntas sin respuesta que animan a seguir investigando.

La aplicación recoge todo tipo de curiosidades, como la que revela que en el asentamiento de Acusa se ha encontrado un gorgojo del siglo XI-XII. Más allá de bromear con que se trata del gorgojo más antiguo de Canarias, el arqueólogo del Cabildo subraya que ese dato revela que los antiguos canarios no solo trajeron consigo nuevos cultivos, sino también los parásitos asociados a ellos.