Santa Cruz de Tenerife, la Añaza de los guanches, es una ciudad bastante linda, cuya población se eleva a 8.000 almas. No me causó impresión en ella ese gran número de frailes y eclesiásticos seculares que los viajeros se creen obligados a ver en todos los países sometidos a España. Tampoco me detendré en describir los templos, la biblioteca de los Dominicos, que apenas se eleva a unos centenares de volúmenes, el muelle donde por la tarde se reúnen los habitantes para tomar el fresco, y ese famoso monumento de mármol de Carrara, de treinta pies de alto, dedicado a nuestra Señora de la Candelaria, en memoria de la milagrosa aparición que en 1392 hizo ella en Chimisay, cerca de Güimar. Puede ser considerado el puerto de Santa Cruz como un gran parador, situado en el camino a América y la India.

Viaje a las islas Canarias, Alexander Von Humbold

Alexander Von Humbold

Santa Cruz. Ciudad Leída