En el último año me he centrado especialmente en la palabra como signo que ha perdido su capacidad para comunicar u ofrecer diálogo. Al no disponer de una fusión de horizontes, la comunicación se presenta como una meta inalcanzable, siendo de este modo imposible construir un discurso, ya sea hablado o escrito. Y es en este contexto donde el cuerpo se presenta como ejecutor, portador y destructor de la palabra.

 

Joaquin Artime

Joaquín Artime