El área municipal de Cultura ha programado funciones para escolares y público en general, coincidiendo con la celebración del ‘Día Internacional de la Mujer’

Alrededor de 300  escolares  de 3º y 4º  de ESO, Bachillerato y ciclos formativos asistirán a las 11:00 horas de mañana, 4 de marzo, a la representación de la obra ‘Y el verbo se hizo mujer’, que se escenificará en el Teatro Guimerá. La función forma parte de la programación especial del OAC destinada a estudiantes de diferentes niveles educativos.

El Teatro Guimerá acoge una obra sobre evolución de los roles sociales de la mujer

La tercera teniente de alcalde y presidenta del Organismo Autónomo de Cultura (OAC) del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Clara Segura, recordó que, “como en ocasiones anteriores, a este espectáculo asistirán colectivos especiales del Plan Insular de Rehabilitación Psicosocial y de la Asociación Horizonte, entre otros”. Segura manifestó “que el OAC también ha programado una función para público general que se celebrará a las 20:30 horas de este jueves”.

Al respecto, resaltó que “esta representación es uno de los tres espectáculos basados en autores clásicos con los que el área municipal de Cultura quiere conmemorar días internacionales dedicados a diferentes causas, en este caso el ‘Día Internacional de la Mujer’ que se celebra el 8 de marzo”. Las entradas para la función general del jueves, al precio de 12 y 10 euros, se pueden comprar en la taquilla del Teatro Guimerá de 11:00 a 13:00 y de 18:00 Y 20:00 horas. También se pueden adquirir por teléfono llamando al número 922 609 450 o a través de la página web www.teatroguimera.es.

En la obra ‘Y el verbo se hizo mujer’ Tamaska Teatro hace un recorrido en clave de comedia por la evolución de los roles sociales de la mujer, a través de fragmentos de varias piezas de los autores más representativos del Siglo de Oro: Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Cervantes, Quevedo, Zorrilla, etcétera. El montaje sitúa en escena a una pareja de actores, quienes a modo de cómicos de la legua, con el verso en la boca y un humor nada soterrado, narrarán algunas secuencias de la vida de algunas mujeres que transgredieron el orden social establecido contraviniendo las costumbres morales de la sociedad barroca que les tocó padecer. Ellas buscaban su libertad y satisfacer sus deseos.

Los personajes femeninos que aparecen como «La dama duende», «El juez de los divorcios», «Don Gil de las calzas verdes» o «Fuenteovejuna»  y las experiencias que vivieron en aquellos siglos, algunas superadas cuatrocientos años después, son las protagonistas de este espectáculo que pretende ser ameno y redescubrir a los autores del Siglo de Oro. La sociedad del siglo XVII estaba gobernada por una política masculina mientras que la mujer veía reducidos sus derechos ocupando un lugar subordinado.

Los destinos más honorables a los que podía aspirar eran los de casada o monja, y en los casos de viudedad o soltería, menos estimables, se les ofrecía asilo en conventos.  Relegada al hogar, se pretendía de ella la sumisión al marido, la gestión de asuntos familiares, la crianza de los hijos y protección de la economía familiar. La esposa e hija eran custodiadas por el padre o esposo quienes se encargaban de salvaguardar su honor. Pero frente a la rigidez que la sociedad ofrecía a la mujer, y como reflejo del tópico de ‘el mundo al revés’, surge en la comedia española de los Siglos de Oro un nuevo concepto de personaje femenino totalmente distinto al que la sociedad pretendía de ellas.

La mujer inmersa en estos textos adquiere un protagonismo diferente, pues es la que controla la escena, la verdadera protagonista y la transgresora del orden social establecido, comportándose contrariamente a las costumbres morales que la sociedad barroca les imponía. Estas féminas adquieren una gran libertad de acción o de palabra (o ambas) para llevar a cabo los objetivos que se proponen. Hay una búsqueda constante de libertad individual. A partir del análisis de esta realidad contradictoria, Carmen Hernández elaboró el trabajo teórico-práctico de final de máster de teatro clásico de la Universidad de Alcalá, con el que obtuvo la calificación de matrícula de honor. Animada por sus profesores y por Teatro Tamaska creo la obra para dos intérpretes ‘Y el verbo se hizo mujer’.

Esta producción presenta una sugestiva escenografía y un rico vestuario, cuyo objetivo es acercar al público contemporáneo la vitalidad y riqueza formal de los clásicos españoles, recuperando el sentido de espectáculo como ‘celebración de lo humano’.