Storytelling

Entre historias y columnas, 2015.

La obra expuesta de Waldo Vinces en Espacio Abierto refleja la variedad de tipologías manejadas por el autor de nacionalidad americana del mismo modo que su trayectoria ha discurrido por diversos territorios y maneras de hacer arte.

Las piezas presentes de Vinces pueden concebirse en un primer momento como una suerte de abstracción paisajística que va divergiendo al tomar tiras de territorio. Sin embargo estas acaban por ordenarse, sin excepción, en una figura poligonal final. Todo ello se estructura desde una unidad mínima de 12x12cm, la serie Collages, que va avanzando y mutando en formato y propósito.

La labor gana profundidad y carácter en su transformación. Las ventanas cuadradas de la serie Wonderland’s Tales dan paso a la extensión de Historias Fortuitas. Esta última pieza se alarga hasta constituir una fotografía panorámica que puede ser tanto concebida como suma de las unidades citadas, o como un nuevo paisaje en sí mismo. No debe resultar extraño pues, que los mapas hagan aparición aquí ya que sin necesidad de referir a ningún lugar concreto, se remite al viaje y al deseo de capturar pequeñas dosis de recuerdos visuales de cada espacio vivido.

Este carácter de recuerdo y de acopio se hace más presente en Ball Game Memories o Grand Dad’s Pocket Watch, donde la adición de parajes descrita pasa a ocupar la función de un baúl o un pequeño expositor en el que Vinces coloca un objeto en apariencia representativo de una experiencia. La temática se va así ampliando hacia el recuerdo. Este puede acudir desde lo lúdico, con una vieja pelota de béisbol ejerciendo el papel protagonista, o lo familiar, con un viejo reloj de bolsillo en el lugar preeminente.

Todo este proceso de assemblage paisajístico y emocional debe supone la creación de un territorio liberado para el storytelling concebido más allá de la proliferación de palabras en los distintos soportes digitales existentes ya que, puede desarrollarse en la obra de Vinces cualquier grado de profundidad deseado. No se trata tanto de la interpretación, al modo de la Odalisca de Rauschenberg, o de la creación de tridimensionalidad de Dubuffet; como de la posibilidad de crear un recuerdo. La realidad o la ficción del mismo pasan a ser responsabilidad del espectador.

La prueba patente de todo ello es la gran pieza que preside la muestra. Entre historias y columnas es un enorme bastidor de obra donde se acumulan todo tipo de objetos: mapas, una vieja foto familiar, dos mariposas disecadas, una vela consumida, una piedra del camino, retazos de la propia obra…Todo ello salpicado por la huella indeleble del artista: marcas circulares que bien pueden mostrar el proceso de elaboración o servir de signo ortográfico, puntuando la necesidad de una relación. Al fin y al cabo, la pieza cuenta con los elementos necesarios para construir lo que se desee. El artista elude así el determinismo inicial. Se abren multitud de caminos.

Waldo Vinces. Historias fortuitas.

Galería Espacio Abierto. C/Callao de Lima, 39. Santa Cruz de Tenerife.

Hasta el 7 de noviembre.