Llevar a escena La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca es siempre un reto porque es una obra que de por sí es complicada, no solo por ser quién es el autor, sino por ser una obra con una fuerza dramática que no hay que perder nunca de vista, porque Lorca la concibió para que el drama, de todas esas mujeres encerradas, se masticara en cada palabra y en cada gesto de las actrices. Otra propuesta teatral que no nos muestre ese infierno, desde mi punto de vista, es que no estamos siendo fieles al texto del autor granadino.
A la versión libre de Severiano García Noda le faltó esa fuerza dramática que pide a gritos el texto de Lorca, que tiene que dejar sin respiración a los espectadores desde que se sube el telón y en ningún momento producir risas entre los espectadores, como ocurrió en muchas ocasiones, porque eso quiere decir que el drama se está yendo por el patio de butacas en busca de una salida y eso, en este texto, no es buena señal.
Al terminar la obra me fui con la sensación de haber asistido a un sainete, a una versión que está años luz de lo que nos quiso transmitir Lorca.

Bernarda Alba

LA PUESTA EN ESCENA
La puesta es sencilla, con cinco o seis sillas y un gran telón blanco en el fondo del escenario a modo de pantalla, en la que se van proyectando imágenes que, supuestamente, tienen que ver con el drama y que a mí me resultaron incomprensibles.
También se introducen elementos que intentaban representar algún tipo de innovación visual, pero que, en mi opinión, no lograron el efecto buscado porque, en muchas ocasiones, ese efecto no se comprendía.
Innovar en el teatro es muy importante e incluso deseable porque así los clásicos se hacen más comprensibles e incluso atractivos. Sin embargo, esas innovaciones hay que estudiarlas con mucho detenimiento porque pueden producir el efecto contrario.

LAS ACTRICES
El teatro es de los actores y de las actrices y son ellos los que consiguen emocionarte o defraudarte, porque, al final, te quedas con la impronta que han dejado encima del escenario y, en general, las actrices de esta Bernarda representaron bien sus papeles.
Del electo de actrices destacaría a Carmen Cabeza que le dio a la Poncia el protagonismo que tiene en la obra. Nuhr Jojo interpretó a una Martirio que nos dejó con una grata impresión. Lioba Herrera (Angustias), Carmen Hernández (Magdalena) y Sofía Privitera (Adela) representaron sus papeles de forma aceptable.
Me defraudó la interpretación de Soraya González del Rosario que hacía el papel de Bernarda, porque me esperaba una interpretación con más fuerza y con más presencia, faltándole esa proyección dramática que tiene que tener toda Bernarda que se suba al escenario y convertirse en el epicentro de la obra. En más de una ocasión tuve la impresión de ver a una Bernarda que interpretaba a una alcohólica amargada, en vez de a una madre autoritaria que domina a todo y a todos.

LA DIRECCIÓN
Dirigir a siete actrices no es tarea fácil y más, intentar cuadrar esas interpretaciones con la idea que tiene el director sobre el texto de Lorca que es el responsable final del conjunto de la obra.
La propuesta que nos ha ofrecido Severiano García Noda a mí no me ha gustado, porque sencillamente creo que se aleja del objetivo que el autor quería plasmar y que no era otro que el infierno de represión al que estaban sometidas aquellas mujeres.

EL TEXTO
El texto de García Lorca es claro y admite matices, pero estos matices tienen que respetar el texto que escribió el dramaturgo, porque creo que la interpretación del texto que nos propone el director se aleja del drama que se estaba viviendo en la casa de Bernarda.

SINOPSIS
Bernarda es una madre autoritaria con estrictos valores morales. Al morir su marido impone a sus hijas un luto de ocho años, que las obliga a reprimir sus ansias de amor y libertad. Encerradas en las cuatro paredes de su casa, mantienen una hipócrita simulación de armonía, que se verá perturbada por la presencia de un hombre, Pepe El Romano, por el que son capaces de morir y matar. La casa se convierte en una cárcel donde se palpa una atmósfera infernal, una terrible opresión que evoluciona en una especie de manicomio habitado por un nido de víboras. Finalmente, la represión extrema termina en tragedia. La Casa de Bernarda Alba es un canto a la libertad del ser humano.

FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA
Produce: DELIRIUM TEATRO
Dirección: Severiano García Noda
Reparto: Soraya González del Rosario, Carmen Cabeza, Lioba Herrera, Carmen Hernández, Nuhr Jojo, Sofía Privitera y Clara del Rosario Gutiérrez.

Con la colaboración de la Banda Municipal de Música de Las Palmas de Gran Canaria