El otro día leí un artículo de El País -no recuerdo de quién- donde la escritora aseguraba que en los próximos años aumentarían los diagnósticos de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad) y los de autismo (trastorno psicológico que se caracteriza por la intensa concentración de una persona en su propio mundo interior, y la progresiva pérdida de contacto con la realidad). La causa está muy clara: los excesivos estímulos que reciben nuestros niños y adolescentes de las TIC.

¿Y el resto de españoles adultos? ¿Acaso no estamos ralentizados, “abobanquiados” y dispersos? Porque es la única explicación que encuentro para que perdamos el tiempo en determinadas chorradas como ir a cazar pokémon.

Debe ser que sufrimos el “Síndrome del Atontamiento Extremo del Raciocinio y la Realidad”. Pues, si no, cómo explicamos que con la que está cayendo en nuestro país y en el mundo -pongo algunos ejemplos porque el Síndrome del Atontamiento produce amnesia-: segundas elecciones camino de unas terceras, golpe de estado en Turquía, asesinato en Múnich, violencia de género, violaciones en las fiestas, desempleo, crisis, etc; salgan a la calle a buscar muñequitos y ver quién caza más. Yo sólo espero que la gente sepa que esos pokémon son imaginarios, que no existen, que no están ahí, que no podrán interactuar con ellos como pueden hacerlo con sus amigos o familia. Y debo felicitar a los de arriba porque una vez más han conseguido desviar nuestra atención, manipularnos a su antojo, y cuando los pokémon pasen de moda será otra cosa, y ahí estaremos nosotros siendo fieles a la estupidez. Antes me preguntaba que qué estaba pasando en el mundo, pero sé que no hallaré respuesta. Realmente he de preguntarme qué está pasando en nuestro mundo interior, qué insatisfacción nos azota para encontrar la felicidad en algo tan absurdo como ir tras una ilusión que sólo vemos a través de la pantalla de nuestro móvil. Sigamos mirando para otro lado y seguiremos sin encontrar salida.

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