La propuesta museológica de Txemy Basualto para La Canariada en el Centro de Arte La Recova alterna una dosis justa de ingenuidad y buen rollo, aderezada con seriedad y gusto. La candidez se mienta ya que ningún comisario que no fuera artista se hubiera atrevido –y le hubieran permitido– introducir dentro del espacio citado un recorrido completo de skate, con un pequeño half pipe incluido. Las personas que así lo deseen pueden entrar en la sala con su monopatín y practicar en una sala de arte.

De este modo, se genera una afluencia atípica a una exposición de arte contemporáneo. El ruido de las ruedas sobre la piedra preside toda la contemplación de la obra e invade por completo el espacio. Pueda parecer que la visión de las piezas sea accesoria con respecto a las rampas de skate, pero lo cierto es la selección de murales de graffiti del propio Txemy, una alegoría del hombre y el animal; o de Murone y Dourone, con una transición de la figura humana a la máquina, resultan excelentes y perpetúan la idea de haber introducido un espacio abierto en un interior.

Todo el montaje tiene un aire de homenaje a la cultura urban más clásica y a una disciplina sacrificada y que copa no solo un determinado rango de edad sino que con el paso del tiempo va acumulando cada vez más veteranos. Así, las fotografías de Fernando Torres o el proyecto Siete Puertas, reflejan escenas cotidianas, gestos y paisajes que se pueden disfrutar patinando, mientras que Christian Rosillo ilustra momentos congelados de este deporte que hacen dudar entre el montaje y la fotografía, generado extrañeza y perplejidad sin perder un ápice de definición en las imágenes.

La exposición se complementa con una serie de tablas de surf decoradas por diversos artistas, de entre las que merece la pena destacar la obra tropical de Jonay Jiménez, los polígonos texturizados de Mauro Sánchez o la obra old school de Diego Mena. Asimismo, es necesario mencionar a Maykel Lima, cuya obra, presente tanto en las tablas como en tres grandes piezas verticales, se caracteriza por una hiperextensión de la figura humana, generalmente desnuda, que produce una perversión de la misma en forma de borrón cromático. A pesar de la referencia antropomórfica, las piezas mantienen una huella digital que introduce cuestionamientos acerca de la exposición pública de los cuerpos, así como de la existencia o no de un canon y de cómo este puede y debe moldearse.

La Canariada es un homenaje sincero, al street art como, al skate y a sus artífices en una doble conexión Canarias-Barcelona. Todo el conjunto fue en sus inicios un ente contracultural de relevada importancia, generando no solo lo que se nos muestra aquí sino muchos más productos culturales. Como todo fenómeno que alguna vez tuvo visos de ser anti-mercado, su ejercicio genera fuertes sacrificios y esta exposición los honra de manera local.

Outer Space

Mural de Murone / Dourone.

La Canariada. Plátano Rock 2016.

Varios artistas.

Centro de Arte La Recova. Santa Cruz de Tenerife.