“Juan García no quiso ser un héroe y se convirtió en un mito; esta es una tragedia en toda regla, y un montaje muy intenso y emotivo”, señalan

Profetas de Mueble Bar

Profetas de Mueble Bar –o lo que es lo mismo, Juan Ramón Pérez, Fernando Navas y Carmelo Alcántara- se encuentra a pocas fechas de representar Corredera, la obra más importante en sus 36 años de historia, no por la relevancia de este título en sí, “sino porque siempre lo próximo que vas a hacer es lo que te garantizará el futuro inmediato”.

Juan Ramón y Fernando, que están al frente de la dirección de esta obra –Carmelo Alcántara estará sobre las tablas, en el papel del obispo Pildain-, afirman que “en teatro siempre empiezas desde cero, y por eso lo que está por venir es siempre lo más importante”.

“No sabemos cómo va a salir la criatura, porque no hay ecografía ni análisis genético, aunque sí sabemos quiénes son el padre y la madre”, indican ambos con un punto de fina ironía.

‘Corredera’, señalan, “se gestó mediante una propuesta de Gloria Arteaga, amiga del autor del texto, Miguel Ángel Martínez, quien ha escrito obras de poesía y de teatro, y ha empezado a ganar premios, y al que ya conocíamos tras haber trabajado con él en ‘La cabeza del Asterión”.

Los dos ‘profetas’ aseguran que “este texto de ‘Corredera’ nos gustó mucho, y ya tenemos algunos más del mismo autor en estudio para estrenarlos en su momento. Hemos descubierto a un escritor joven, con talento y con un gran nivel poético”.

Opresión, violencia y dictadura

Según Juan Ramón Pérez, “Corredera’ es una tragedia en toda regla; una obra muy intensa y emotiva, por la cercanía y universalidad de la historia. Juan García fue una persona que vivió en un régimen de opresión, violencia, dictadura y posguerra, y que se vio obligado a hacer cosas que igual no habría realizado”.

Por su parte, Fernando Navas manifiesta que “su historia conmovió a la sociedad canaria. Los hechos culminan en el año 1959, por lo que lo sucedido no es tan lejano en la historia de nuestra sociedad”.

“Nosotros –afirman los directores- respetamos el origen canario de este drama, y lo que nos interesa del mismo es la universidad, los juegos de la memoria que te plantea el argumento del autor, y el hecho de que a veces uno cree que es dueño de su vida, aunque en realidad hay energías mayores y la vida misma te sitúa en un camino inesperado”.

Juan Ramón y Fernando comentan que “Juan García nunca quiso ser un héroe ni un ejemplo para nadie, y sin embargo se convirtió en un símbolo, un mito. Por ello le damos esa universalidad, incluso con los acentos de los actores con los que trabajamos”.

“Así –dicen-, no intentamos que el obispo Pildain tenga acento vasco, o que el Faro de Maspalomas se parezca físicamente… Los personajes son reales, pero aquí están tratados como personajes y tienen una dimensión épica. La memoria los transforma y aleja de la realidad para convertirlos en símbolo, y ese es el punto desde donde comenzamos nuestro trabajo”.

Personajes golosos

Por otra parte, Fernando Navas afirma que “podría reconocer que sentimos desconsuelo por no actuar, porque todos los personajes son golosos para cualquier actor, pero creo que el reparto es perfecto y se ajusta como un guante a nuestros objetivos. Hemos mezclado sabiduría con savia nueva, y la energía que aportan los cinco actores es maravillosa”.

En tanto, Juan Ramón asegura que “yo siempre vi esta obra desde el lado de la dirección. Partíamos con una gran ‘mochila’, de una propuesta de espectáculo con proyección de imágenes en movimiento, un gran espacio, una inspiración en Manolo Millares y un amplio etcétera. Al final, todo eso lo hemos ido reduciendo, y estamos trabajando un ‘no espacio’, donde lo que importa es el texto y los actores; la esencia”.

Ambos están encantados con la respuesta que está teniendo el público, que seguramente colgará el cartel de ‘no hay entradas’ en el Teatro Cuyás, los próximos viernes 18 y sábado 19: “Trabajamos para que el público vea esta historia y con la ilusión de que se llene a reventar el Cuyás”.

Pese a sus cerca de 40 años de experiencia sobre las tablas, como actores y directores, Profetas de Mueble Bar comenta que “afrontamos la obra desde la humildad y desde la honradez. Las expectativas que hay sobre este montaje son enormes, lo cual nos crea una carga adicional, pero para algo deben estar nuestros 36 años de trabajo y experiencia teatral”.

En la imagen adjunta vemos, de izquierda a derecha, a Fernando Navas, Carmelo Alcántara y Juan Ramón Pérez, directores de Profetas.