ESA SERPIENTE

Esa serpiente que me engulle
cada rato
y se enrosca en los silencios del espejo,
viste,
por las tardes,
anillos de enamorada sutileza,
colmillos de inusitado fulgor.
Y muerde,
y se siente tan ufana
de la vida arrebatada de una vez,
que devuelve,
sin digerir,
cada noche y a solas,
la modesta pitanza
que,
mañana,
pretenderá de nuevo
acometer.

M.A.N.H. (18/12/12)

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