El experto imparte la conferencia ‘Crímenes en serie (s)’ este martes en la Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife dentro del Festival Atlántico de Género Negro Tenerife Noir

 

Javier Rivero Grandoso

Javier Rivero Grandoso

“Las series de televisión han retroalimentado la narrativa criminal”, asegura el experto Javier Rivero Grandoso, doctor en Estudios Literarios, especialista en los espacios en la literatura de género negro y policiaco y asesor de Tenerife Noir. Rivero imparte este martes, a las 20.30, en la Biblioteca Municipal Central de Santa Cruz de Tenerife la conferencia Crímenes en serie (s), con una panorámica histórica sobre el género criminal en televisión, desde el punto de vista de la recepción en España, tanto de series realización en Estados Unidos y Europa como el nuestro propio país.

“Las series de televisión también influyen en la percepción y el desarrollo literario. Se nota esa influencia a las descripciones, que cada vez son más cinematográficas, incluso en la tendencia a una especie de serialización, aunque, de todas formas, esto siempre ha estado presente en la literatura”, destaca.

Aunque la historia de la televisión es mucho más corta que la de la literatura, el especialista hará un recorrido por los cerca de 50 años de televisión en España. La evolución del soporte televisivo, especialmente, la multiplicación de los canales de distribución, da lugar a “una gran cantidad de productos que además ofrecen una perspectiva de la evolución tanto del género como de la sociedad”, asegura Rivero, que presentará a lo largo de su conferencia breves clips de series tan seguidas como la emblemática producción española El comisario, o Colombo y Se ha escrito un crimen, que continúan emitiéndose, hasta llegar a las más recientes, con un alto éxito de público, como El mentalista, Castle o True detective.

La relación entre la literatura y la pantalla es mutua, ya que la televisión ha sido el nicho en el que han tenido una segunda vida personajes míticos. Desde el abogado Perry Mason, que tuvo su serie en los años 60 en Estados Unidos, hasta las series Elementary y Sherlock, que reviven las historias de Conan Doyle al situar al emblemático detective en el siglo XXI. La enumeración que presenta Rivero parece interminable: en España se cuenta con las series televisivas creadas en torno a Plinio, el jefe de la policía local de Tomelloso, creado por Francisco García Pavón, o la saga de Pepe Carvalho, el inolvidable personaje de Manuel Vázquez Montalbán, o, más recientemente, el policía y exdelincuente Víctor Ross, creado por Jerónimo Salmerón Tristante.

Wallander, Montalbano, el comisario Brunneti son otros ejemplos de esa influencia de la literatura en la vida del género criminal en televisión, hasta llegar a series en las que son los propios escritores los que la configuran como tal, como es el caso de Justified, con un personaje creado por Elmore Leonard en Estados Unidos.

La televisión, como el cine también, ha experimentado una mezcla de géneros que han desarrollado el género criminal hacia enfoques que “parten de un núcleo común pero, debido a la actual demanda se han creado distintas hibridaciones entre los géneros y se han tomado elementos que a priori no pueden clasificarse”, explica el experto. “No hablamos de series exclusivamente policiacas, sino de series en las que hay elementos propios del crimen, o thriller, en el que hay una intriga y una investigación, para llegar a las que han dado un paso más al mostrar el proceso del crimen no desde la óptica del investigador, sino desde la del propio asesino, como ocurre en Dexter”.

Rivero, que participó activamente en la edición de 2016 y ahora se suma a Tenerife Noir como director del Seminario de Investigación en el Género Negro organizado con la Universidad de La Laguna, señala que “cuantas más posibilidades hay de emisión, más productos se tiene la posibilidad de hacer”, lo que explica que “en los últimos años se note una gran variedad y una gran eclosión de propuestas” en la que se crean productos distintos, unos dirigidos a un público mayoritario, y otros que son más innovadores, dirigidos a un público que demanda más calidad, como las series de HBO.

En cinco décadas, la evolución ha ido muy rápido, tanto que en los años 60 o 70 del siglo pasado, en España solo se contaba con una o dos cadenas, mientras que la oferta actual no se puede cuantificar: la TDT u otras plataformas de televisión cuentan hasta con 200 canales, destaca, además de la posibilidad de suscripción a plataformas de televisión en Internet.

Lo que no cambia, al parecer, es la fascinación que produce en el público el género criminal, que, a juicio de Rivero, se nutre de varios factores, entre ellos, el primero “el ser un género que tiende a la crítica social y siempre es interesante ver los problemas de una sociedad a través de la ficción”. Además, el género “muestra bastante bien la crudeza del ser humano y cómo actúan las personas llevadas al límite. El componente de intriga, además, atrae y ofrece al espectador una ocasión de satisfacción si acierta al seguir la trama. “La intriga es muy golosa y siempre capta al espectador”, subraya. Y, finalmente, “la capacidad lúdica que tiene sentirse en el papel de un detective, porque la historia posibilita participar en la intriga”.