El acto tendrá lugar el 3 de noviembre de 2017 y compartirá escenario con el tenor majorero José Concepción

AINOHA ARTETA

La internacional soprano Ainhoa Arteta llega a Fuerteventura para actuar el 3 de Noviembre en el Palacio de Congresos de Fuerteventura,  después de sus éxitos con las óperas Manon Lescaut y Tosca en teatros tan importantes como el Bolshoi de Moscú, Teatro San Carlo de Nápoles, Ópera de Sydney y Ópera de Dusseldorf. Estará junto a ella en el escenario el tenor majorero José Concepción, para ofrecer al público un atractivo programa que incluirá canción española, romanzas de zarzuela y conocidas arias de ópera como “Vissi d’arte” o “Nessun dorma”. Un recorrido por la lírica: de Granados, Albéniz y Sorozábal a Puccini. El afamado pianista Rubén Fernández Aguirre, Premio Opera Actual, acompañará a ambos artistas al piano.

Ainhoa Arteta

Su afición a la música se inició cuando a la edad de cinco años escuchó por vez primera un disco de María Callas. Pronto empezó a cantar en un coro que su padre, educado en un convento y profesor de escuela, había formado en Tolosa. Tras completar su formación en el Conservatorio de San Sebastián, a la edad de dieciocho años se trasladó a Mantua, Italia, donde recibió clases de estilo con el mismo profesor de Luciano Pavarotti y de Mirella Freni. Hacia 1987, y gracias a una beca de la Diputación Foral de Guipúzcoa, viajó a Estados Unidos. Allí permaneció tres años estudiando técnica de interpretación en el Actor’s Studio de Nueva York.

El primer reconocimiento internacional lo consiguió en 1989 al ganar el concurso del Opera Music Theater de Nueva Jersey. Un año después, en 1990, se presentó por primera vez como cantante de ópera en Palm Beach, Estados Unidos, en la ópera La Cenicienta, de Rossini. En 1991 tuvo su gran oportunidad internacional cuando interpretó en Austria, por sustitución, el personaje de Violetta Valéry en La Traviata. En esta primera etapa cantó también en el Carnegie Hall de Nueva York junto con Plácido Domingo y Dolora Zajick. Después de presentarse dos veces al premio Audiciones para Cantantes Jóvenes del Consejo Nacional del Teatro Metropolitan de la Ópera de Nueva York, consiguió uno de los galardones en el tercer intento en abril de 1993. Al mes siguiente ganó también el Primer Concurso Internacional de Voz de Ópera Plácido Domingo, que tuvo lugar en de la Ópera de París; en esta ocasión, en la que interpretó La Traviata, también ganó el premio del público.

Tales éxitos marcaron el inicio de una brillante trayectoria no exenta de polémicas. Puede decirse que desde entonces existe una tajante división de opiniones respecto de sus dotes para interpretar, sobre todo, las grandes obras de Verdi o Mozart, autores que forman parte de su repertorio habitual. Plácido Domingo se convirtió en valedor de su carrera y la invitó a colaborar con él en conciertos en España, Estados Unidos, Brasil, Francia, Turquía, Alemania y Austria. De hecho, el aval incondicional del tenor español le abriría las puertas del Royal Opera Covent Garden de Londres en 1999. Ese mismo año debutaría en el papel de Julieta en el Romeo y Julieta de Charles Gounod, en la temporada de ópera de Las Palmas de Gran Canaria.

Casada con el barítono estadounidense Dwayne Croft, reside en Nueva York desde 1998. De los primeros diez años de su carrera cabe destacar las actuaciones en Graz (Austria), Monterrey (México) y San Sebastián, en los papeles de Violeta (La Traviata) y Oscar (Un ballo in maschera), así como sus trabajos en Gran Bretaña con la Scottish Opera como Micaela (Carmen), en Madrid como Doña Elvira (en la zarzuela La Canción del olvido) y en Nueva Jersey como Gilda (Rigoletto). En 1999 le fue concedido el premio de la Hispanic Society of America por su contribución a las artes.

Algunos problemas de salud estuvieron a punto de retirar definitivamente de la ópera a la soprano guipuzcoana a mediados de 2003. Pero en junio de 2004 volvió a los escenarios tras nueve meses de baja médica. En 2005 ofreció su primer concierto en África, en la sede del Instituto Cervantes de Argel. También debutó en escenarios destacados como El Arena de Verona, el Festival de Ópera de Munich y en el Musikverein de Viena (2006). En la Ópera de Berlín estrenó mundialmente la ópera Dulcinea. Cantata-Fantasía para un caballero enamorado el 15 de mayo de 2006.

Aunque también se ha paseado por un buen número de teatros españoles, como los auditorios de Madrid, Oviedo, Las Palmas y Sevilla, hasta 2009 todavía no había cantado en los dos escenarios más importantes de la península, el Teatro Real de Madrid y el Liceo de Barcelona. Quizá sus directores esperaban una mayor maduración de su carrera, ya que Ainhoa Arteta pertenecía a lo que se dio en llamar la nueva generación «fotogénica» de grandes cantantes de ópera. Algunos especialistas cuestionaban la ductilidad del timbre de su voz y la falta de resolución técnica en la parte grave del registro; también se discutía el uso en exceso efectista, aunque diestro, del legato y los pianissimi. Su debut en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona tuvo lugar finalmente en junio de 2009, en una interpretación de la ópera Turandot de Giacomo Puccini que mereció el aplauso del público y el reconocimiento de la crítica.