Festival de Música de Canarias Turismo

Cuando se presentó el I Festival de Música de Canarias en 1984 la palabra ‘internacional’ ni aparecía en su nombre, ni era objetivo primordial. O al menos así quedó patente en la rueda de prensa que dieron los políticos responsables por aquel entonces, tal y como recogía mi artículo sobre la ‘maldita hemeroteca’ de la época.

Independientemente de que estuviera o no en la idea primigenia, lo cierto es que se esgrime hoy, como argumento irrefutable, el prestigio internacional que tenía el Festival y que, presuntamente, se ha desmantelado en la pasada edición.

¿Vienen estas afirmaciones acompañadas de un estudio empírico o de datos de ventas de entradas por tour operadores? Nunca y por una sencilla razón: Todos los datos empíricos recabados, y que aparecen en la primera memoria del FIMC que se ha realizado en estos 33 años y que está en el Parlamento de Canarias, demuestran categóricamente todo lo contrario. El Festival de Música de Canarias es el gran desconocido, no solo en Europa sino en Canarias. Cualquier transeúnte de cualquier municipio canario conoce más el Festival de San Sebastián que el de Canarias. Esto es así, nos guste o no. Hagan la búsqueda en Google de los dos festivales y comparen los resultados. Y si lo hacen en otro idioma que no sea castellano comprobarán el ‘tremendo impacto internacional’ que brilla por su ausencia.

Pero independientemente de lo que haya podido pasar en el pasado: ¿Queremos un Festival de Música de Canarias para atraer al turismo?

Planteo varias consideraciones para el debate de la cuestión:

– Con 14 millones de visitantes que ya tenemos ¿Es razonable pensar en atraer más mediante un festival? ¿Son pocos 14 millones? ¿Nuestras infraestructuras pueden soportar más? ¿Y cuántos más?

– Si realmente nos parecen pocos turistas 14 millones y queremos atraer un turismo cultural ¿No deberíamos hacer un plan estratégico específico de la cultura en su totalidad para ese nicho de mercado específico, como es el turismo cultural que demanda cuestiones muy concretas? ¿Y en vez de pensar en solo uno del centenar de festivales que tenemos en Canarias no deberíamos pensar en absolutamente todas las actividades culturales (pintura, escultura, literatura, danza, música, video arte, arquitectura, joyería, gastronomía, etc.), espacios museísticos, patrimonio cultural, etc que tenemos?

– En el caso concreto del FIMC, el número de entradas vendidas estos 33 años por los tour operadores es totalmente anecdótico. Todos los intentos de que venga un número sustancial de turistas al rebufo del Festival han resultado un fracaso. Frente a los 14 millones que ya tenemos ¿queremos que vengan cuántos? ¿100 personas? ¿500 personas? ¿1.000 turistas más por el FIMC? Y para que vengan 1.000 turistas, solo un 0,007 % más ¿Cuánto dinero hay que invertir en promoción en el extranjero? ¿Qué porcentaje de la entrada hay que darles a los tour operadores? ¿Cuáles son los números reales del potencial incremento al PIB canario ese crecimiento del 0,007 de visitantes si lográramos la increíble cifra de 1.000 espectadores más al Festival que, por otro lado, casi llenarían nuestros auditorios impidiendo el acceso a la población local?

– ¿No sería, tal vez, más razonable estudiar estrategias para que un porcentaje razonable de esos 14 millones de turistas que ya tenemos aquí compraran nuestros productos y servicios culturales en general, incluidos el FIMC y resto de festivales que tenemos así como el resto de actividades culturales?

– ¿Van a venir los turistas a Canarias para escuchar los repertorios y orquestas que escuchan en su casa? ¿Acaso los canarios que van a los festivales de Salzburgo, Lucerna o Bayreuth van buscando a la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria interpretando el Responso a Fray Lesco de Víctor Doreste o a la Orquesta Filarmónica de Tenerife interpretando la Misa Gloriosa de Falcón Sanabria? ¿Sería sensato que en Salzburgo se programara solo música francesa o latinoamericana? ¿No sería más lógico que nuestro Festival tuviera sus propias características igual que el resto de festivales del mundo tienen las suyas?

– Partiendo de la base de que los conciertos del Festival siempre ocasionan grandes pérdidas económicas que pagamos todos los canarios con nuestros impuestos (cosa de la que nos hemos enterado por primera vez en 33 años gracias a la memoria que ha realizado Nino Díaz del 33 FIMC y en la que se comprueba que, curiosamente, los únicos conciertos que han generado beneficios económicos son los de los artistas canarios como las bandas o nuestras orquestas) ¿Se debe financiar, con el escaso dinero público que se dedica a la cultura, el acceso a la cultura de los canarios mediante precios económicos, como ya pasó en la pasada edición o en las primeras ediciones? ¿O con el paupérrimo presupuesto que tenemos debemos financiar un festival para que vengan extranjeros a Canarias que, presumiblemente, tienen suficientes recursos económicos como para necesitar una subvención del Gobierno de Canarias para asistir a un concierto aquí que programa lo mismo que en sus países de origen?

Lo que, en mi modesta opinión, debemos tener claro es el modelo de Festival que queremos para Canarias. Y esto no se ha permitido debatir jamás porque no les interesa a las élites que han vuelto a controlar el FIMC. Mientras que unos defendemos que con el dinero público no se pueden pagar caprichos para las personas que precisamente tienen poder adquisitivo como para pagárselos, sino, muy al contrario, hacer políticas inclusivas que permitan a la mayor parte de la ciudadanía el acceso a la cultura (y entendiendo como acceso a la cultura a TODAS las culturas y no solo a determinadas artes, estilos, tendencias, épocas y procedencias).

Quisiera acabar con dos ejemplos a modo de reflexión:

Ayer presentábamos en la Feria de Arte y Cultura el libro ‘Diarios de las Canarias’ de la famosa escritora china Sanmao que vivió durante 11 años en Canarias. En la misma se explicó que no solo de China vienen cientos de turistas todos los años a conocer la casa y el entorno en donde esta escritora, que es muy conocida en su tierra, vivió. Vienen desde distintos puntos de Asia y que, curiosamente, demandan cosas tan curiosas como, por ejemplo, el llevarlos a tuneras y que les preparen los tunos a la antigua usanza, cogiéndolos y pelándolos con las propias púas. Y todo porque Sanmao lo relató en sus libros y en sus países de origen no lo tienen.

También ayer, día lluvioso y en la misma Feria de Arte y Cultura, vinieron mayoritariamente extranjeros. Ya saben, a los canarios si llueve no nos gusta salir de casa. Pero el caso es que aparecieron durante el día cuatro coleccionistas foráneos de arte, que estaban pasando las Navidades en la Isla, y compraron en total cinco cuadros de pintores canarios.

Dicho de otra manera, por si no queda claro a dónde voy a parar: El turista quiere aquí lo que no tiene allí.

¿Podemos entonces debatir seriamente las estrategias a seguir? ¿Nos sentaremos los sectores del turismo y la cultura a trabajar en serio en esta cuestión? ¿O seguiremos improvisando y diciendo mentiras que no pasan ni la prueba del algodón ni una mirada a la hemeroteca?