Ron Voodoo

En el Teatro Juan Ramón Jiménez de Telde, el viernes 29 de Noviembre, actuó Ron Voodoo a la hora señalada. La única canción que había escuchado de ellos era “7 notas y un tambor”, pero también tenía la importante referencia de que tres de sus cinco actuales componentes, fueron miembros de una de las más importantes bandas de heavy metal de la historia del rock canario, “Krull”. Un grupo que marcó muchísimo a tantísimos jóvenes de mi generación, sus canciones fueron coreadas miles de veces por todos nosotros en sus conciertos, convirtiéndose en el inicio de una revuelta cultural en Canarias, un referente independiente que debió haber sido declarado Bien de interés Cultural.

Así que volví entre aquellos recuerdos a mezclarme entre el ambiente que se respiraba en los prolegómenos del concierto. Y salieron al escenario…y entre el vapor denso, la sonoridad y los juegos de luces se fue fraguando una atmósfera única.

“7 notas y un tambor” fue la canción que eligieron para romper el hielo y a partir de ahí, todo fue una asociación de sonidos intensos que consiguieron ponernos a todos de acuerdo. La sala arropó en todo momento a esos cinco músicos que dieron lo mejor de ellos. Sigo emocionándome con la calidad de repertorio propio, con las letras que te hacen pensar, con esas canciones llenas de crítica y concienciación, de denuncia sobre la realidad social e internacional que nos circunda. Aconsejo escuchar “Somos Uno” o “El luchador”. Pero también agradecí las que están llenas de amistad, de vivencias y experiencias.

No alargaré esta crónica, pero si quiero decir que la música de Ron Voodoo no te deja indiferente, con una amplísima naturalidad consiguen envolverte en su espectáculo y te hacen partícipe del él. La voz impresionante e inconfundible de Juanma Rodríguez, los excelsos guitarras Gustavo Alonso y Yaco Rubio, el bajista indiscutible Javier González y el preciso batería Yeray Rodríguez; todos ellos nos hicieron sentir parte del sueño, era como si estuviéramos subidos al escenario, dándonos una fuerza reverente en esa desatada narración musical, una maravillosa locura que augura espacios más favorables y abiertos. Eso les deseo, pero sobre todo, me deseo a mí mismo que los pueda volver a ver y disfrutar de nuevo.

Aviso a navegantes: no dejen de escuchar a Ron Voodoo, sobre todo, si tienen oportunidad de hacerlo.

Pedro J. Brissón – 01-12-2019