Tenerife Noir

‘Los señores del humo’, de Claudio Cerdán; ‘Sánchez’, de Esther García Llovet; ‘Los miércoles salvajes’, de Susana Hernández, y ‘El último barco’, de Domingo Villar, son las obras seleccionadas

José Luis Correa, Charo González, Miguel Ángel Rábade, Javier Rivero y Verónica Alemán integran el jurado de la sexta edición del galardón

Cuatro novelas aspiran al premio Ciudad de Santa Cruz de Novela Criminal como mejor novela negra de 2019 en la quinta edición del Festival Atlántico de Género Negro, Tenerife Noir. Se trata de Los señores del humo, de Claudio Cerdán; Sánchez, de Esther García Llovet; Los miércoles salvajes, de Susana Hernández, y El último barco, de Domingo Villar.

El festival presentó las obras seleccionadas este miércoles, 19 de febrero, en una rueda de prensa celebrada en la librería oficial de Tenerife Noir, la Librería de Mujeres, en la que participaron la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Matilde Zambudio Molina; el profesor de literatura de la Universidad de La Laguna Javier Rivero Grandoso, presidente del jurado; la asesora de la sección literaria del festival, Izaskun Legarza Negrín, directora de la citada librería, y el director y productor de esta iniciativa cultural, Alejandro Martín Perera.

Tenerife Noir entrega el premio Ciudad de Santa Cruz a la mejor novela negra publicada en España en el año anterior al de su concesión. “El único premio de género negro a obra publicada dotado con dinero, en este caso, tres mil euros, algo muy querido por los autores y autoras, que ven reconocido su trabajo ya que es muy difícil vivir de la literatura”, subrayó Martín.

“Para Santa Cruz de Tenerife es un honor que este galardón lleve el nombre de la ciudad y lo es por varios motivos, en primer lugar, porque está dotado económicamente y esto significa algo tan sencillo como el apoyo a los creadores y dar estabilidad a este género”, aseguró la concejala de Cultura del Ayuntamiento de la capital tinerfeña.

Matilde Zambudio destacó que el premio y el festival colocan a Santa Cruz como punto de referencia de un género literario del que se declaró “fan absoluta”, al tiempo que reiteró el apoyo del Ayuntamiento capitalino a un evento cultural que promociona la literatura, el cine y las industrias culturales, además de fomentar la igualdad de género. Todos sus participantes en la rueda de prensa agradecieron su presencia en el acto informativo, un gesto “indicativo del cambio que se ha dado, afortunadamente, en nuestro ayuntamiento”, dijo Legarza.

Corresponde en esta ocasión conceder el galardón a la que sea calificada como la mejor obra de 2019, a juicio de un jurado integrado por el escritor creador de la saga del detective Ricardo Blanco, José Luis Correa, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; la organizadora del festival Cubelles Noir, Charo González Herrera, gran especialista en el género negro, crítica y una de las lectoras más activas; los profesores de Filología de la Universidad de La Laguna Miguel Ángel Rábade –además, fundador de la librería Misterio, especializada en género criminal, que tuvo su sede en La Laguna– y Javier Rivero –director también del seminario de género negro de la ULL–, y la periodista Verónica Alemán.

Se trata de un jurado que, como es habitual en Tenerife Noir, es “paritario dentro de la proporcionalidad de un grupo impar”, gracias a la apuesta por la igualdad de Tenerife Noir “desde sus orígenes”, algo que incide en la selección de obras firmadas por mujeres entre las obras finalistas, tal como explicó la directora de la Librería.

“Las obras que tenemos este año son de una gran calidad y demuestran el altísimo nivel al que está llegando el género. A ello se suma el que haya dos mujeres y dos hombres entre los autores finalistas, un reflejo del avance en la sociedad y la cultura y del reconocimiento al trabajo literario de las escritoras”, aseguró el presidente del jurado. Rivero animó a las personas seguidoras del género a leer estas cuatro novelas antes del próximo 21 de marzo, cuando sus autores participarán en Tenerife Noir, donde presentarán sus obras y estarán presentes en la cena de temática noir donde se anunciará y entregará el premio Ciudad de Santa Cruz de Novela Criminal, el sábado 21 de marzo, en el Hotel Escuela Santa Cruz, hotel oficial del festival.

Las obras

En Los miércoles salvajes (Editorial Milenio), Susana Hernández abandona a la policía protagonista de su saga anterior y presenta unos nuevos personajes, una pareja profesional de una agencia de seguridad en una trama de mucha actualidad: el funcionamiento de la industria farmacéutica y el tráfico de medicamentos. En un viaje que va desde la periferia de Barcelona hasta Ghana, las personas que lean esta novela observarán el papel de algunas industrias farmacéuticas en dificultar el acceso a los medicamentos a gran parte de la población mundial.

Con un asunto también de gran actualidad, el mundo de las apuestas, Esther García Llovet desarrolla la acción de Sánchez (Editorial Anagrama) en un Madrid de suburbios con personajes muy acabados, que no tienen nada que perder.  “Más allá de la trama, destaca la prosa de la autora”, señaló Legarza, quien subrayó sus diálogos “extraordinariamente buenos, muy secos, muy directos, que pueden llevarse muy bien al cine”.

“El estilo de Claudio es bastante ágil y atrapa al lector”, destacó Javier Rivero al presentar Los señores del humo, de Claudio Cerdán (Ediciones B), que bordea el thriller y lo criminal. Sus personajes son “antihéroes”: un investigador sin licencia, un mercenario y un proxeneta que huye de México; la acción se desarrolla en “un Madrid muy actual y reconocible, marcado por la corrupción en todos los estratos de la sociedad”.

Domingo Villar llevaba diez años sin publicar, por lo que El último barco (Ediciones Siruela) era muy esperado. Es la tercera entrega protagonizada por el inspector Leo Caldas y el agente Rafael Estévez, una pareja muy peculiar que vive escenas cargadas de humor. La acción se desarrolla en torno a la desaparición de la hija de un influyente médico que presiona a la Policía para su localización. Esta trama permite a Villar desarrollar no solo la escena policiaca, sino la vida en Vigo, Moaña, la vida de los artesanos… de forma que el autor presenta un fresco social muy interesante”, explicó Rivero.