Paco Urbano - Los Sombras (1967)

Paco Urbano – Los Sombras (1967)

Paco Urbano quería más. Aunque tocando con Los Sombras ganaba más pasta que un funcionario (y solo tocando los fines de semana), le hacía mucha ilusión dar el salto. El grupo ya había dejado claro que en Tenerife vivían muy bien y el se desmarcó. Fue convenciendo a sus padres y tras hablar con Teddy, embala su batería en una caja de cartón y tira para la capital. Con 18 años (menor de edad en esa época) se instala en una pensión y espera noticias. ¡Y que noticias! A través de Teddy consigue una prueba con los Pop Tops, grupo soul que había tenido cierto éxito en Europa y encaja a la perfección. ¡Valió la pena estar cargando con semejante “muerto”! Paco es, junto con Teddy, uno de los poquísimos canarios que tiene un Disco de Oro en el salón de su casa.

«Haber nacido en 1951 me dio la inmensa suerte de poder vivir el nacimiento del rock y disfrutarlo a medida que se fue desarrollando hasta nuestros días. Descubrir una música nueva nunca antes oída. Pasar del folclore, coplas o folias a una guitarra eléctrica es un paso muy fuerte, pero el apuntarse al carro de lo nuevo fue fundamental. Yo tuve la suerte de conectar con gente en Tenerife que vivíamos el desarrollo de la música rock casi al mismo tiempo que en Londres o Nueva York. Teníamos contactos con esos lugares por gente que iba en verano mandados por sus familias y nos traían los últimos discos.

Tener recuerdos de fabricarnos una guitarra con una tabla y una pastilla eléctrica comprada en La Casa de la Guitarra y que luego sonara, forma parte de la verdadera historia del rock. Formar parte del grupo de gente que creamos los primeros festivales, los primeros guateques, las primeras discotecas, es formar parte de la historia no solo del rock, sino de la historia en general. Los nervios de ir a una tienda cuatro o cinco pibes a escuchar el último disco de los Beatles, o cuando venía un amigo de Venezuela con el último de Elvis, era algo que no sabes lo que es si no lo vives. Ver de cerca en tu cuarto de ensayo un amplificador Vox como el de los discos de los Beatles, era lo más grande que uno podía sentir. Y por supuesto hacer música, tocar, semanas de ensayos sacando esas canciones tan nuevas y frescas ya era la culminación.

También fue muy importante el cambio, ya que tuve la suerte de vivir de pasar de la ilusión de un aficionado a la responsabilidad de un profesional. El paso por la música en Madrid fue la mejor experiencia de mi vida. El grabar discos, actuar en toda España y media Europa, es la realización plena de una profesión. Al margen de tener más o menos éxito, sino el contacto con tantos buenos (y malos) músicos. Compartir cuartos de ensayo con gente tan distinta pero con un denominador común. La complicidad que se da en un escenario creo que en pocas profesiones se consigue. La comunicación por medio de la música es lo más grande que hay. Creo que lo demuestra el hecho de que aún con casi 60 años, me ilusione el quedar con unos amigos a tocar o subirte en una jam con gente desconocida.

Estimado amigo: el rock es algo por lo que vale la pena vivir».

PACO URBANO