Festival de Música de Canarias

Maniobras Orquestales en la Oscuridad es un conocido grupo británico de pop, pero bien podría ser el adjetivo que ha caracterizado la música clásica en las Islas en estos últimos 30 años, especialmente en el FIMC.

Treinta años llevamos en Canarias en los que prácticamente todo lo que tuviera que ver con este estilo musical, incluido el FIMC, tenía que pasar, inexorablemente, por el padrino y su contubernio wagneriano, con ‘viudísima’ incluida. Porque ha estado y está en todas las salsas. Y cuando no están, se enfadan muchísimo y movilizan a sus amigos ‘empresaurios y mediáticos’ montando la de Dios es Cristo.

Treinta años, a los que el Gobierno está dispuesto a sumarle otros treinta si hiciera falta, con tal de que este ‘grupicci’, como los denomina una conocida abogada, se calme de una vez y lo dejen en paz en los medios. Ya le ha costado una conejera y ahora, muy probablemente, lo pagaría con un conejero, como mínimo, ya que incluso podría verse obligado a convocar elecciones anticipadas si la cosa se le sigue torciendo.

Tendría gracia que el Partido Popular, con cientos de incriminados por corrupción, con sobres de dinero negro a tutiplen, comisiones, grabaciones comprometedoras y casi a escándalo diario, logre aguantar en el Gobierno nacional y Coalición Canaria con solo un festivalito se desmorone en las Islas.

Por eso la tentación de terminar haciéndoles caso, y poner a dedo en el cargo de dirección del FIMC al amigo que el contubernio señaló hace ya casi dos años para esta labor, previo descalabro de la anterior directora, es altísima. Y si no es así, será algo parecido que cuente con el visto bueno del ‘grupicci’. Cualquier cosa con tal de que se callen de una vez.

La cuestión es que si una trampa de tamaña magnitud la admitirá el sector, empezando por el Comité Asesor del FIMC o el Consejo Canario de Cultura, que tendrá algo que decir al respecto.

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Se dice en los mentideros que la viudísima estuvo ‘aconsejando’ a miembros del jurado, empezando por el conocido director de orquesta que formaba parte del mismo, para que quedara desierto el concurso a la dirección ya que, a todas luces, ninguno de los candidatos era ‘amigo’. Perdón, que no tenían nivel, aunque para estos viene a ser lo mismo.