la abeja en su sabiduría
da en su libar, polen que alimenta
cual bella mariposa contenta
abre ya un capullo ¿quién diría?.
En el cielo azul ambas tendría
de cuerpo y alma en una, sola estancia.
¡ Magnanime la crueldad del ansia!
que de la propia mil envidia tiene
si con almendras va y se entretiene
disfrutad primero en su fragancia.
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