pedro_halffter_wide_okAyer lunes la comisión ejecutiva del Teatro Real debería haber nombrado nuevo director artístico en la figura de Joan Matabosch, actual responsable del Liceo de Barcelona, que vendría a sustituir a Gerard Mortier. Pero según fuentes del propio coliseo madrileño esta reunión se ha pospuesto para mañana miércoles «por motivos de agenda».

Cierto es que el reglamento del Teatro establece que se avise al actual director de su cese con dos años de anterioridad al vencimiento del contrato. Pero la realidad se nos presenta más como un folletín de opereta que como una transición normal. El actual responsable del Teatro Real es el belga Gerard Mortier cuyo contrato finaliza en 2016. ¿Porqué entonces se reúne una comisión ejecutiva para nombrar a un nuevo director cuando lo normal es que sea el patronato el que se encargue de este nombramiento?

Las razones debemos buscarlas por un lado en el cáncer que padece el responsable del coliseo madrileño, del que ha sido operado este verano y que se está tratando actualmente en Alemania. Y por otro en las polémicas declaraciones que hizo al periódico El País en las que afirmó que para su sucesión no veía capacitado a ningún español para tomar el relevo de su proyecto, llegando a opinar sobre el posible nombramiento de Joan Matabosch que «se van a cargar el proyecto de Barcelona para incorporar a Madrid una idea que no tiene que ver con la línea que hemos seguido estos últimos años». Visto que el Ministerio de Cultura hacía caso omiso de sus puntos de vista y de la lista de seis candidatos internacionales que propuso, Mortier ha amenazado con no cumplir su contrato y marcharse antes de 2016.

Estas podrían ser las razones por las que la tramitación de su sucesión se ha agilizado y estaba previsto para ayer el nombramiento de Matabosch que supuestamente tenía ya iniciada su negociación contractual con la secretaría de Estado de Cultura.

Pero ‘un nuevo personaje sale a escena’ cuando desde el Ministerio de Cultura se impone un director musical titular, que podría ser el pluriempleado español Pedro Halffter (director artístico del Teatro de La Maestranza, de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla y de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria) según informa hoy El País.

Sea por cuestiones políticas, sea por merecido talento, esta trama solo viene a enturbiar una situación ya de por sí complicada que atraviesa el Real con unos recortes presupuestarios desproporcionados y una subida del IVA brutal que hace de la cultura un bien escaso e inaccesible.

Tal vez todo esto tenga mucho que ver con una especial visión que tiene el gobierno actual sobre la cultura, el deporte y la investigación científica. Un punto de vista más cercano a la peineta y mantilla que a un mundo razonable y sostenible. Una estrategia en la que prima más una olimpiada que apoyar a los deportistas. Una política de fuegos fatuos en vez de inversión de futuro.