EFE.- En «Juego de Tronos», Sophie Turner es Sansa Stark, una víctima de su propia inocencia. La dulzura y felicidad que mostraba al comienzo de la serie se parece mucho a la luminosidad y energía que desprende en persona, muy lejos de la oscura realidad que ahora rodea a su personaje.

«¡Quiero hacer tantas cosas!» exclama la actriz inglesa, con solo 18 años y ya toda una estrella gracias a la serie televisiva, un éxito que no parece que se le haya subido a la cabeza a esta joven divertida, sonriente, cantarina y con una energía contagiosa.

Altísima y subida a unos zapatos amarillos que la elevan aún más centímetros, Turner atrae inmediatamente la atención en el set en el que concede una como parte de la promoción de «Mi otro yo», la película que ha protagonizado a las órdenes de Isabel Coixet.

Sophie Turner
La actriz inglesa Sophie Turner, protagonista de «Juego de tronos», en la que interpreta a Sansa Stark, durante una entrevista. Turner, con solo 18 años, es ya toda una estrella gracias a la serie televisiva, un éxito que no parece que se le haya subido a la cabeza a esta joven divertida, sonriente, cantarina y con una energía contagiosa.

Con pantalones de seda estampados, blusa color marfil, el pelo recogido en un sencillo moño y un maquillaje más que discreto, la actriz se muestra relajada, pese a estar recién llegada desde Belfast -donde rueda «Juego de Tronos»- a Tenerife, pasando por Dublín, para pasar menos de 24 horas en la isla canaria antes de partir a primerísima hora de vuelta al rodaje de la serie.

Satisfecha con su papel en el thriller psicológico de Coixet, la actriz asegura estar dispuesta a probarlo todo en el mundo de la interpretación, aunque aún no se siente preparada para subirse al escenario de un teatro.

«Pero me gustaría hacer una comedia, hacer algo espectacular, cualquier cosa, todo, porque no sabes lo que te va a gustar hasta que lo pruebas», afirma convencida.

No le importa si se trata de grandes presupuestos, como en «Juego de Tronos» o de pequeños proyectos, como «Mi otro yo», su primer papel en el cine. «Me encanta todo, lo que importa es la gente que tienes a tu alrededor».

Cómplice con Coixet, se intercambian confidencias sobre sus zapatos. «¡Me encantan tus sandalias!», exclama, mientras la realizadora le pregunta divertida: «¿Crees que realmente necesitas esos tacones?».

«No lo sé, creo que no», dice entre risas desde su 1,75 metros de altura, mientras saluda en español al equipo que la rodea: «hola, ¿qué tal?», algunas de las palabras que recuerda de su aprendizaje de español en el colegio, que abandonó y que ahora lamenta.

Sin parar de sonreír reconoce que tanto su papel en «Juego de Tronos» como en «Mi otro yo» son muy atormentados, aunque a la vez muy diferentes.

«Fay -su personaje en el filme de Coixet- es muy fuerte, nunca huye de nada. Y con ‘Juego de Tronos’ estoy acostumbrada a ir al plató y ponerme a llorar».

Porque su Sansa Stark ha pasado de ser una niña dulce y sonriente a sufrir y llorar sin parar. Aunque la cuarta temporada de «Juego de Tronos» ha puesto punto y seguido a sus entregas con sus habituales incógnitas, entre ellas el giro que experimenta el personaje de Sansa, la tímida superviviente de la Casa Stark, que parece pasarse al lado oscuro de la mano del ambicioso Petyr Baelish.

Un papel que Turner consiguió en el primer casting en el que participaba, algo que sin embargo no le ha hecho cambiar, como señala Coixet a Efe.

«Sabe muy bien que ha tenido una gran oportunidad, es muy humilde. Es una adolescente típica pero con un sentido común y un equilibro que a veces me alucina», relata la realizadora.

En Inglaterra es casi imposible salir a la calle con ella y pese a todo, «lo lleva muy, muy bien», asegura Coixet que señala que Turner sabe que esta fama es «algo efímero» y que tiene que utilizarla «para hacer cosas que le interesen».

Sobre el rodaje con la realizadora catalana, la actriz afirma: «Me ha encantado trabajar con un equipo pequeño, es muy íntimo, llegas a tener una relación muy estrecha con la gente con la que trabajas. Isabel estaba detrás de la cámara todo el tiempo y eso ceo una gran intimidad entre las dos».

Pero se muestra igualmente encantada de participar en un proyecto de las dimensiones de «Juego de Tronos»: «Es un desafío estar en un set enorme durante tres años de mi vida».

«Me gustan los dos, me gusta todo», afirma con la curiosidad habitual de una joven de 18 años que disfruta de cada oportunidad que le brinda su incipiente carrera.