ARENA ENTRE LOS PIES”, una historia de amor escrita con el corazón
Por Bachir Ahmed Aomar

Hablar de la novela de Helio Ayala, es traspasar fronteras y unir dos destinos y dos historias. Una novela de amor, se convierte en el hilo conductor de la relación entre dos pueblos, el canario y el saharaui al que unen muchas historias.

Para mi es un honor hablar de la novela de una persona a la que me unen muchas cosas. El autor y yo, hemos vivido momentos que nos han marcado. Hemos compartido muchas cosas en Canarias, pero seguramente las más importantes, las hemos vivido en los campamentos de Tinduf. Esa relación ha tenido algo que ver en la relación de Helio con el pueblo saharaui.

El contacto del autor con los saharauis, lo ha impregnado de sentir saharaui, y a través de ese sentimiento, ha logrado captar la idiosincrasia de un pueblo cuya existencia ha sido un permanente sufrimiento. La lucha de los saharauis ha empujado a una persona de buen corazón a sentirse solidario con su lucha, pero también a participar activamente en la denuncia de las tropelías que se llevan a cabo contra ellos. El libro es una aportación, un grano de arena a la gran duna que constituye la solidaridad con la lucha del pueblo saharaui.

La novela es una historia de amor donde este se diluye en una relación de hechos, que llevan al lector a interesarse por la verdadera historia y el sufrimiento de ese pueblo. Eso nos da pie para entender que para el autor, el amor entre Antonio y Aisha es el hilo conductor que nos lleva hacia lo verdaderamente importante.

Helio no esconde su admiración y solidaridad con el pueblo saharaui. Como persona comprometida, lleva al pueblo saharaui en el corazón y es ese corazón el que cuenta la historia, la de amor y la otra.

El autor capta, y no de manera pasajera, sino en profundidad, la importancia de la mujer saharaui en la sociedad beduina. La rabia y el dolor que muestra Aisha al ver el sufrimiento de su pueblo, se refleja en la decisión que toma respecto a la relación con Antonio. Cuando se ve obligada a elegir entre su amor por Antonio o la lucha por la reivindicación de su pueblo, opta por lo segundo. Es una prueba de la fortaleza de la mujer saharaui, pero también de la decisión inquebrantable del pueblo saharaui en su lucha permanente por la libertad.

Helio no inventa una historia de amor, lo traiciona el subconsciente. Los hechos parten de experiencias personales adquiridas en el contacto con los saharauis, pero sobre todo la convivencia con familias de los campamentos de refugiados, las conversaciones bajo las estrellas, el té amargo de las jaimas y la sonrisa de los niños del desierto. Esa es la única y verdadera forma de conocer al pueblo saharaui, formar parte de él.

Son muchas las personas solidarias con el pueblo saharaui. Entre ellos hay muchos que no han sido los saharauis quienes los han elegido, han sido ellos quienes han venido, ellos solos se han propuesto. Son los que siempre están ahí, los que siguen cada día luchando junto a los saharauis. Se han convertido en el club de los elegidos por el destino para llorar y sufrir junto a los que viven en los campamentos de refugiados en condiciones difíciles, pero también al lado de los que cada día sienten violados sus derechos más elementales por parte del ocupante marroquí. Es desde esa perspectiva que Helio escribe la novela.

Helio se convierte en el mensajero de los antiguos cuentos orientales. Una persona de buen corazón que recibe el mensaje del pueblo saharaui y lo traslada a una historia de amor para que el lector conozca la dura realidad y las injusticias que rodean a ese pacifico pueblo. Con ello, contribuye a que los saharauis se sientan más libres.

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