Esta vez sabía que las piezas que iba a ver en el teatro Cuyás eran de Anton Chéjov y que era una propuesta que estaba en la órbita de la comedia. También sabía que el elenco de actores y actrices era de primer nivel, con muchas tablas bajo la suela de sus zapatos y ese reclamo llenó el Cuyás.

Reconozco que cuando asisto a ver comedia, siempre voy con cierta prudencia, porque considero que la comedia es uno de los géneros teatrales más complicados para poner en escena, porque corres el riesgo de caer en el gag ramplón.

Sin embargo, este no fue el caso, ya que en su globalidad, la propuesta teatral me gustó mucho.

Si bien es verdad que empezó con poco gas, pero a medida que se ponían sobre el escenario las diferentes partes, me di cuenta de que estábamos asistiendo a una noche más que interesante.

atchus anton chejov

LA PUESTA EN ESCENA

La puesta en escena me pareció excelente, con los elementos justos para llevar a cabo las distintas partes que componían la obra. Destacaría la habilidad para cambiar sobre el mismo escenario los elementos de la escena, sin que estos produjera una distorsión en la interpretación de los actores. También destacar las dos mamparas a modo de ventanas o espejos, tras los cuales, los actores se transformaban para interpretar los diferentes personajes que tenían encomendados.

LOS ACTORES

Cuando se tienen tablas, se tienen y ese detalle se percibe desde que los actores pisan el escenario. En el caso de Malena Alterio, Ernesto Alterio, Enric Benavent, Adriana Ozores y Fernando Tejero lo que se diga de su actuación es poco, porque estuvieron a un nivel altísimo, modulando, a la perfección, el registro cómico, sin llegar en ningún momento a sobre actuar para sacar la carcajada fácil del público.

Si tuviera que destacar, destacaría a Fernando Tejero y a Malena Alterio que rompieron en mil pedazos y para siempre, la imagen televisiva que tenía en mi cabeza, porque demostraron que son actores de casta en el lugar en el que hay que demostrarlo.

LA DIRECCIÓN

Ya lo dije antes, para mí la comedia es uno de los géneros más complicados para llevarlos a escena porque tienes que hilar muy fino para no caer en el esperpento.

Carles Alfaro ha sabido dirigir con maestría a los actores para hacer que cada una de la piezas de este puzzle, encajarán a la perfección en la propuesta que nos presentaba, al tiempo que lo combinaba con una puesta en escena dinámica en la que nada podía fallar.

EL TEXTO

La selección y adaptación de los textos me parece más que acertada y eso se noto en el conjunto de la propuesta teatral que se subió al escenario. Unos textos ágiles y con los giros cómicos justos para que el espectador disfrutara al máximo de la representación teatral.

SINOPSIS

En su larga lista de textos humorísticos que escribió Antón Chéjov (con el pseudónimo Antosha Chejonte que usó durante su juventud) el autor, dotado de una ilimitada capacidad de comprensión y una inmensa piedad, convirtió en protagonistas a unos pobres diablos que hasta entonces sólo habían servido de forillo, coro y paisaje de fondo de otros personajes mucho más poderosos; a muchísimos hombres, mujeres, niños y hasta animales, cada uno de ellos con sus mezquindades y sus heroísmos, sus cobardías, sus avaricias, sus ansiedades, sus hastíos, sus enfermedades, sus ilusiones, sus ridiculeces, sus pequeñas osadías y sus grandes arrepentimientos. Y no en bloque, sino (oh genialidad) de uno en uno, como sin duda se merecían; es decir, nos merecemos. De ellos (y de nosotros) trata esta obra.

 

FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA

REPARTO

Malena Alterio

Ernesto Alterio

Enric Benavent

Adriana Ozores

Fernando Tejero

EQUIPO ARTÍSTICO Y TÉCNICO

Dirección y puesta en escena: Carles Alfaro

Adaptación: Enric Benavent y Carles Alfaro

Diseño de vestuario: María Araujo

Música original: Mariano Marín

Ayudante de escenografía y vestuario: Vanesa Actif

Ayudante de dirección: Rafael Lavin

Ayudante de producción: Isabel Sáiz

Jefe de producción: Raúl Fraile

Jefe técnico: David Pérez Arnedo

Productor ejecutivo: Jesús Cimarro