La lectura en la sociedad española ha caído en picado, lo mismo que la visita a las bibliotecas, lo que habla a las claras del cambio de pautas del ocio, centradas sobre todo en el uso intensivo del móvil.

Tanto unos como otras constityen nuestro empoderamiento cultural y un medio de recimiento personal, pero si renunciamos a ambos, nos convertiremos en simples autómatas.

Por eso, hoy defendemos la lectura como construcción personal en el artículo «Condenados a no leer» en La Opinión de Tenerife: http://bit.ly/29T7nZ0

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