La verdad es que uno acaba harto de las actitudes de ciertos turistas que vienen a nuestras islas a dar rienda suelta a sus desmanes, creyéndose que aquí pueden hacer lo que se les niega en su país, y eso perjudica a la vez la imagen de otros visitantes que respetan nuestro entorno.

Emborracharse en las calles, insultarnos, robarnos la tierra volcánica, atentar contra el patrimonio natural y reirles todas sus gracias simplemente porque dejan aquí su dinero. ¡¡Menuda actitud capitalista en detrimento de nuestra idiosincracia!!

A ellos les dedicamos nuestra artículo «Turistas destruyendo nuestras islas» en La Opinion de Tenerife porque esta situación debe cambiar y es necesario la implicación de todos.

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