Hambre y soledad son dos palabras que marcan la infancia de Guan Moyen, el actual Premio Nobel de Literatura, que hoy ha dado a conocer la Academia Sueca. Cuántas veces tuvo que callar y cuántas otras le debieron decir “No hables”, para tomarlo como propio y hacer de ello su seudónimo. Mo Yan es El Nobel de Literatura 2012.
Mo Yan nació en la provincia rural de Shandong en 1955, en el seno de una familia de campesinos, donde su madre le prohibía hablar fuera de casa para no buscarse problemas debido al ambiente represivo en que vivían. Trabajó en una fábrica durante la Revolución Cultural de Mao Zedong y se enroló en el Ejército Popular de Liberación “para poder comer todos los días”. Comenzó a escribir en 1981, cuando aún era soldado y en 1984 se convirtió en profesor del Departamento de Literatura de la Academia Cultural de las Fuerzas Armadas chinas. En sus novelas se entrelazan las más puras tradiciones de las zonas rurales, el alma del pueblo chino, con la abrupta y agitada historia política del último siglo.
Sus Obras destacan por una agudeza mental, aún `sin mentar palabra´. él mismo ha comentado :”Aún hay cosas que no se pueden plasmar de forma directa, pero un buen escritor sabe encontrar la mejor manera para narrar lo que quiere decir”.
En Mo Yan vemos desbordado un realismo mágico, satírico, humanista…, por experiencias acumuladas, e influenciado, según cuenta él mismo, por autores occidentales tales como Tolstói, Faulkner o Gabriel García Márquez y por la ironía social de Lu Xun, el `padre de la literatura china contemporánea´. Una mente que ha dado lugar a títulos como: `Grandes pechos y amplias caderas´, `La vida y la muerte me están desgastando´, `La república del vino´, `Sorgo Rojo´, esta última quizá la más conocida por haber sido llevada al cine y haber ganado El Oso de oro del Festival de Berlín de 1988.
El autor nos ha dado a conocer las intimidades de una sociedad cerrada, encriptada…, a fuerza de no hacer comentarios en público, sus libros han salido a la luz sin ser censurados. Su literatura nos acerca a una China que ha existido y existe, con todo lo bueno como su fascinante cultura y las relaciones de sus habitantes y, también nos muestra las atrocidades y pesadumbres que han vivido y otras de naturaleza similar de completa actualidad.
Hoy, a 11 de octubre de 2012 el pronóstico de Kenzaburo Oe se ha hecho realidad: “Si pudiera escoger al próximo Premio, sería Mo Yan”