Foto de 1960 del Ramo de Arure

La costumbre de colocar cestas de frutas y verduras como un símbolo de fertilidad y tributo a vírgenes o santos patrones, es antigua y está muy difundida por varios países. En las islas occidentales, más fértiles que las orientales, encontramos numerosos ejemplos. En La Palma se confeccionaban en casi todos los municipios, acompañados de cintas que adornaban balcones, pórticos de las iglesias y ermitas. Eran frecuentes en la Bajada de la Virgen de las Nieves, donde se documenta la tradición desde el siglo XVIII. Actualmente perviven en pueblos como Breña Alta y Las Lomadas.

También en la isla de Tenerife podemos encontrar ejemplos como los Corazones de Tejina, los Cestos de Santa Bárbara o los Cestos de Frutas que cada año se elaboran en honor a la Virgen del Amparo y se cuelgan en la Media Naranja del barrio icodense.

En el Cabildo de La Gomera podemos contemplar el fresco costumbrista de Juan Aguiar pintado en 1924. Con el título de La Romería de San Juan, es el retrato de una fiesta en las que no podían faltar las pértigas enramadas con frutas, mientras el sempiterno tambor establece su protagonismo sonoro en un primer y destacado plano.

Es en el pueblo de Arure donde el Ramo cobra un excepcional protagonismo, como una tradición que se mantiene viva y pujante. Cada año lo realiza una familia distinta y, cuando acaba la fiesta, lo entrega a la que lo confeccionará en la edición siguiente. Vinculado a promesas, su factura está ligada a la advocación de la Virgen de la Salud (15 de julio) y a San Salvador (16 de agosto) y se cuentan listas de espera hasta de diez años. Acompañarán en su procesión al Ramo, romances con pies como: El Ramo lleva un espejo /que alumbra con su reflejo.