Hay generaciones de artistas que nacen en un mismo año, que se inclinan hacia un mismo movimiento y que acaban conformando una tendencia en su época. No es un hecho científico. No hay explicación, empírica al menos, para la concordancia en un mismo tiempo y espacio del talento de tantas personas. Se ha estudiado el germen que dio paso a la Generación del 27, con toda una serie de artistas cuyo nacimiento estuvo comprendido entre principios de la última década del S. XIX y principios del S. XX. Lorca, Aleixandre, Cernuda, García Cabrera… Son tal cantidad de nombres que albergan tanto talento que asusta. ¿Cuál fue el factor que hizo converger tal cantidad de genios? ¿Cómo acabaron, muchos de ellos, reunidos en la Residencia de Estudiantes de Madrid?
Es el ejemplo más representativo de este fenómeno, por llamarlo de alguna forma. Pero hay muchos más. En muchas diferentes regiones. Y casi siempre estas alineaciones de personajes trajeron consigo avances en las artes. Además, no se conformaban con reunirse, sino que solicitaban un soporte donde mostrar esos avances que lograban. Generaciones de escritores decidieron conjuntarse para realizar publicaciones rompedoras.
Uno de los precedentes de este tipo de reuniones fue Els Quatre Gats. Els Quatre Gats fue una taberna barcelonesa que abrió de 1897 a 1903. ¿Qué tuvo de especial? Que se acabó convirtiendo en un elemento fundamental del modernismo catalán, pues alrededor de este establecimiento se creó toda una sociedad, con sus actividades y su publicación. Se realizaron exposiciones de pintura (Picasso hizo sus primeras exposiciones allí), conferencias y acabó creándose una revista, Quatre Gats, que duró quince números durante 1899. Els Quatre Gats reunió a algunos de los arquitectos, pintores y escritores más representativos del modernismo en Cataluña. Muchos de ellos vivían entre París y Barcelona, en una suerte de flujo modernista, trayendo de Francia pensamientos modernizadores.
En unos años 20 de plena ebullición artística, nace L’Amic de les Arts (1926), revista de arte y literatura con vocación vanguardista. Va a durar tres años bajo la dirección de Josep Carbonell i Gener y con colaboradores extraordinarios: Josep Vicenç Foix, Salvador Dalí o Sebastià Gasch. L’Amic de les Arts se va a relacionar estrechamente con la Generación del 27 y, más concretamente, con Lorca.
En Portugal en torno a Fernando Pessoa y Mario de Sá-Carneiro se fundó la revista Orpheu, que transgredió la literatura portuguesa para dar paso al modernismo (no tiene relación con el modernismo español). Inspirados en el futurismo, una serie de artistas llevaron a cabo los dos únicos números que salieron de esta publicación, allá en 1915. Algunos de estos nombres son Almada Negreiros o Santa Rita Pintor, que apenas llegó a exponer en vida. Muchos de estos artistas se suicidaron, creando un símbolo de la inquietud y desasosiego de la juventud de la época. Varios de los más importantes escritores de Portugal en el S. XX coincidieron en Orpheu y cambiaron la literatura en dicha lengua. De nuevo, ese factor desconocido hizo efecto y dio para la historia una revista legendaria. Orpheu dio paso a otras importantes revistas como Contemporanea (no confundir con la publicación regeneracionista española) o Athena, fundada por Pessoa en 1924.
En Canarias también tenemos nuestro ejemplo de revista pensada por talentos vanguardistas: Gaceta de Arte. ¿Qué decir que no se haya dicho ya? Una publicación que reúna a genios como Gutiérrez Albelo, Espinosa u Óscar Domínguez, y que tuviera colaboraciones de la talla de André Breton… no, no se ve todos los días.
Seguramente esté incubándose algo semejante a los ejemplos expuestos. O seguramente ya se haya hecho, y sólo sea conocido por sus propios autores y un cerrado círculo que alguna vez tuvo acceso a esos textos ahora misteriosos y legendarios. ¿Dónde están los transgresores del arte? ¿Dónde la fractura con el pasado? Quizás en alguna residencia de estudiantes, o en alguna nueva compañía de teatro. Es posible. Pero la evolución nace en ambientes y años caprichosos, y se produce, a veces, haciendo poco ruido.