El Museo de la Ciencia y el Cosmos, de Museos de Tenerife, presenta un nuevo trabajo de su sección digital Cosmocrónicas, del astrofísico insular Oswaldo González. En esta ocasión lleva por título Destellos en el cielo, y cuenta que buena parte de los satélites artificiales que orbitan a baja altura son visibles a simple vista. Entre ellos, la Estación Espacial Internacional y el Telescopio Espacial Hubble destacan por el brillo que reflejan del Sol. Pero hay un tipo de satélites que en determinado momento, llegan a ser hasta cien veces más brillantes que los anteriores. Estos destellos son conocidos como Flashes de Iridium.
A finales del siglo pasado comenzaron a ponerse en órbita, a una altura aproximada de 780 kilómetros, un total de 66 satélites del proyecto de telecomunicaciones Iridium, que permiten la cobertura de voz y mensajes de texto en cualquier punto del planeta. Estos satélites están provistos de unas antenas muy reflectantes, de manera que cuando el ángulo entre el Sol, el satélite y un punto determinado de la superficie terrestre es el adecuado, se produce un destello o flash muy intenso en el cielo. A más de uno le habrá sorprendido, llegando a confundirlo con un bólido o meteoro muy brillante. Estos destellos pueden llegar a magnitud 8,3, es decir, unas cuarenta veces más brillante que el objeto celeste más luminoso que podemos ver en el cielo nocturno (sin incluir a la Luna), que es el planeta Venus.
Semana Santa es un periodo en el que la observación astronómica no puede considerarse ideal, debido a la presencia de la luna llena en dicha semana, algo que siempre ocurre, pues el Domingo de Resurrección acontece siempre el primer domingo después de la primera luna llena siguiente al comienzo de la primavera.
Lo mejor durante dicha semana es observar objetos brillantes en el cielo, como el planeta Júpiter, que destacará en el cielo vespertino por su brillo, siendo actualmente el planeta más brillante del cielo, pues Venus no será visible hasta finales de abril.