EFE.- El fotógrafo Daniel López es de los que disfrutan la noche de Canarias, pero a su modo: haciendo guardia durante horas en los paisajes más conocidos de las islas para tomar fotos de su cielo estrellado tan sobrecogedoras, que ya han sido elegidas 18 veces imagen del día por la NASA.

Este ingeniero de Paterna del Campo (Huelva) dejó hace ocho años su empleo en Sevilla para aceptar una oferta de trabajo en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) como técnico de operaciones telescópicas en el Observatorio del Teide, llevado por su pasión infantil por todo lo que significara mirar al cielo.

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Fotografía facilitada por Daniel López de los trazos estelares sobre la cumbre nevada del Teide, en Tenerife, que se reflejan sobre un charco de los llanos de Ucanca. Esta fotografía, elegida como la imagen astronómica del día por la NASA el 12 de febrero de 2010, forma parte de la exposición «El cielo de Canarias» que el fotógrafo Daniel López exhibe estos días en el Museo Elder de la Ciencia de Las Palmas de Gran Canaria.

 

Su trabajo en la cumbre de Tenerife le permitió utilizar los telescopios del IAC para tomar fotografías del espacio que le han convertido en toda una celebridad en el mundillo de la astronomía, pero también le revelaron que las imágenes más espectaculares del cielo estaban ante sus ojos, que su cámara podía retratar como pocas veces se ha visto la Vía Láctea o la nebulosa de Orión sin necesidad de utilizar aumentos. Solo necesitaba saber adónde apuntar.

El Museo Elder de la Ciencia de Las Palmas de Gran Canaria expone a partir de esta semana su trabajo: una selección de las fotografías y vídeos más impactantes que este astrofotógrafo ha tomado en los últimos cuatro años y que desde hace tiempo difunde a través de la web www.elcielodecanarias.com, donde acumula millones de visitas.

Las imágenes de Daniel López exhiben la Vía Láctea en todo su esplendor cromático cruzando el cielo, el trazo circular de las estrellas en su giro alrededor de la estrella polar detrás de unos tajinastes de Tenerife o del mítico pino de Casandra de Gran Canaria -en realidad, la que gira es la Tierra- o incluso la galaxia de Andrómeda, situada nada menos que a 2,5 millones de años luz.

O también un almendro en flor en la noche de La Palma, en una imagen en la que se confunden pétalos y estrellas, o el majestuoso Teide y las estrellas reflejadas como en un espejo sobre un charco de los llanos de Ucanca, la mayor parte del año secos.

«Hay gente que lo primero que piensa es que la foto tiene truco, que la he alterado con Photoshop», confiesa Daniel López, antes de explicar cómo obtiene esas imágenes: con objetivos muy luminosos y exposiciones muy largas, a veces de hasta seis horas.

Este experto en fotografía astronómica subraya que todo lo que se ve en las fotos está ahí, pero el ojo no puede captarlo, porque la luz que recibe del cielo nocturno es muy tenue y, allí donde hay galaxias o nebulosas, solo percibe «nubecillas en blanco y negro».

Las cámaras de fotos reciben la misma luz, pero, a diferencia de la retina, pueden sumar en una sola instantánea la luz captada durante horas, en un proceso en el que los colores reales del cielo nocturno emergen en todo su esplendor: estrellas jóvenes de tonos azulados, otras rojizas más viejas y espectaculares nebulosas.

Daniel López precisa que Canarias es única para tomar este tipo de imágenes, porque sus cielos están limpios y abundan los lugares libres de contaminación lumínica, no solo en las cumbres, sino también en la misma costa, como en Fuencaliente (La Palma).

Sus imágenes son aún más impactantes porque elige tomarlas en los paisajes más espectaculares de Canarias, como las Cañadas del Teide, el Roque Nublo o el Roque de los Muchachos, que con su cámara se ven de otra forma. «Si durante el día ya son bastante impresionantes, por la noche, cuando se les une el cielo nocturno, la Vía Láctea, las trazas estelares… las fotos se vuelven mágicas», asegura.

Este fotógrafo andaluz utiliza, además, desde hace años la técnica del «timelapse» (encadenado de centenares de fotografías) para producir vídeos emocionantes, que en cinco o diez segundos condensan el movimiento del cielo en toda la noche o transforman la cubierta de nubes de las islas en un mar que golpea sus cumbres.

Su exposición rotará en los próximos meses por las distintas islas del archipiélago y ya ha sido reclamada por su espectacularidad por algunos museos y universidades de la península.