Pedro Guerra 30 años_wide_color

Corría el año 1985 y las conciencias bullían de ideas libertarias y una renovada  conciencia de identidad local. Los jóvenes querían escuchar algo nuevo, huir de los clichés y sentían la  necesidad de expresarse musicalmente con un lenguaje tradicional pero nuevo, intelectual pero asequible. Cuando parecía que todo estaba perdido, Fito Páez venía a ofrecernos su corazón y Silvio Rodríguez invitaba a especular sobre el sentido críptico de sus letras poético-revolucionarias. La Nova Cançó catalana había dejado un referente a seguir y cantautores como Caco Senante o grupos como Taburiente abrieron caminos para cantar y agitar conciencias.

El CCPC edita ese año un disco de innegable valor histórico. Bajo el título de ‘Nueva Canción Canaria’, reunió a los cantautores Pedro Manuel Guerra, Rogelio Botanz, Andrés Molina, Marisa, Alberto Cañete y José Luis Calcines. Tres de esos cantautores -Pedro, Andrés y Rogelio- decidieron unir sus esfuerzos y se constituyeron como ‘Taller Canario de la Canción’, en una iniciativa que duró varios años y dejó un repertorio de canciones de gran valor poético, social y musical.

En 1993, Pedro Guerra se atrevió a dar el salto a Madrid y, pertrechado con su talento, supo estar en el lugar y momento precisos para triunfar a nivel internacional, consolidando un historial de premios y giras que avalan una carrera sólida y brillante.

Desde el pasado año, Pedro recuerda sus orígenes en una gira en la que se acompaña de su guitarra y una maleta -siempre repleta- de canciones. Desde la primera Cathaysa (cuya música compuso con 14 años) hasta todas las que completan una discografía de trece álbumes.

Este fin de semana, el cantautor ofrece dos conciertos en las islas. Uno en la Casa-Museo del Timple de Lanzarote y otro en la lagunera sala El Búho. Dos buenas oportunidades para disfrutar de su música.