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Mayo es uno de los meses más cargados de significación etnográfica. El campo renueva su fertilidad en primavera y la naturaleza renace después de los rigores invernales. Son muchas las expresiones rituales, literarias y musicales ligadas a este mes. Desde las celebraciones en honor a la diosa romana Maia, asociada a Mercurio, hasta la procesión de Eirésionè o diversos cultos germánicos, se manifiesta en el mes de mayo, una antigua herencia de ritos y creencias cristianizadas.

Numerosas coplas y romances hacen alusión a mayo, tanto en el plano popular como culto. Aparece reflejado en ejemplos tan importantes como en la comedia de Calderón Mañanas de abril y mayo o en la ópera Tannhäuser de Wagner. También los primeros versos del romance del prisionero: Que por mayo era por mayo / cuanto hace el calor, aparece en varios poemas y romanceros. En toda Europa, la “estación del amor” (como la definió Caro Baroja) y, especialmente el mes que nos ocupa, se cita profusamente en canciones y obras literarias.

También el refranero es generoso en cuanto a sus referencias de este mes. El dicho popular más conocido es aquel que hace alusión a algo que es muy deseado, que se espera “como agua de mayo”, referencia que aparece incluso en un párrafo de El Quijote.

Elemento vital para el campo, el agua es también un fluido mágico al que se refieren las mozas como milagroso para la belleza, para hacer crecer el pelo o para convertir un arma en invencible, si era mojada con agua de mayo.

Citas festivas diversas jalonan el calendario de este mes, que comienza estos días con la celebración, en muchos lugares de Canarias, con las Fiestas de la Cruz, de especial significación en pueblos como Los Realejos, Santa Cruz de Tenerife y Santa Cruz de La Palma.