La entrada es libre hasta completar aforo, previa retirada de invitaciones el mismo día desde las cinco de la tarde

El Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria celebra el viernes 30 de mayo el Día de Canarias con un espectáculo que incluye la puesta en escena White Discharge, a cargo de Natalia Medina Compañía de Danza, y la actuación del humorista Maestro Florido con La risa no engorda.

Danza y humor en el Guiniguada

White Discharge

 

El evento, organizado por el Gobierno Autónomo dentro del programa del Día de Canarias, comenzará a las 20.00 horas y la entrada es libre, hasta completar el aforo. Las invitaciones se pueden retirar en el propio teatro, el mismo día desde las 17.00 horas.

White Discharge es una representación creada por el coreógrafo macedonio Igor Kirov, dirigida por Natalia Medina Santana y producida por Qué tal estás SL.

Los intérpretes son Vanessa Medina, Ángeles Padilla, Jesús Marrero, Cora Panizza y Abián Hernández. La música tradicional macedonia guió a Kirov en la creación de esta pieza. «Es un trabajo que viene de muy dentro de mi alma y representa mi vida real en el camino hacia recobrar algo. La idea principal es un corto periodo de tiempo para encontrar los movimientos correctos con el significado correcto», afirma Kirov.

Por su parte, el popular humorista teldense Maestro Florido trae al Teatro Guiniguada, La risa no engorda, una comparación constante del ayer y hoy de una sociedad que ha visto pasar el tiempo sin apenas darse cuenta. Una sociedad envuelta en estilismos, etiquetas y formas de vivir que componen un inmenso escaparate donde casi todo vale, comparado con un pasado tremendamente cercano donde, a pesar de los trabajitos y penas, siempre había una sonrisa para compartir, sabedores de que en muchos casos solo tenían unas risas que echarse a la boca.

En este nuevo trabajo, Maestro Florido nos invita a una reflexión de la sociedad actual y de nuestro pasado más cercano. Recordaremos nuestros juegos de antaño, sin nada que ver con los de ahora, nuestra manera de comunicarnos, muy lejos de la tecnología más actual o la figura eterna de nuestras madres, con todas y cada una de sus cosillas. Reír de verdad, sin miedos ni contemplaciones, como niños y conseguir reír con el corazón.