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Con motivo del curso de Clowns ‘Risas ante la crisis’, realizado en la Universidad de Verano de Maspalomas, con el principal objetivo de reír y disfrutar de uno mismo, «intentando rozar la felicidad»… Hemos podido conocer un poco más la profesión de Clown de la mano de Luis Monzón.

Luis Monzón, payaso, ponente y empresario de las artes escénicas. Se formó de manera autodidacta de 1985 hasta 1993. De 1994 a 2003 en la Universidad EAC. Desde 2004 es empresario de las artes escénicas, fundador de Timbiriqui Teatro, empresa dedicada a la actividad artística.

Con Timbiriqui ha puesto en escena obras teatrales como Patas P’arriba, El Regreso de los Hermanos Valseka o Fuente Umbría. Ha producido los festivales ‘3 Días de Farándula’, ‘Festival de teatro alternativo de Tentenijua’ o ‘Pásatelo de calle’ y ha puesto en marcha la Escuela Internacional de Payasos de Canarias.

Luis Monzón ha compatibilizado su pasión por el mundo del clown con la docencia, siendo profesor en los colegios públicos Alemán Ramírez de Valsequillo, San Isidro de Gáldar y la Universidad Popular de Las Palmas Cono Sur.

A día de hoy Luis Monzón se ha convertido en un referente en el sector del clown en Canarias.

Gracias Luis, por dedicarnos un ratito, por acercarnos un poco más al mundo del Clown, por dejarnos entrever lo que hay más allá de la nariz, y sobre todo, por dedicarte «en cuerpo y alma» a una profesión que los espectadores necesitamos, aunque no seamos conscientes de ello.

– Hola, ¿Nos podría explicar, en pocas palabras, qué es un clown?

Es una persona que se disfraza de payaso (se pone peluca, se pinta la cara, la nariz, se pone zapatones grandes y grotescos e intenta hacer reír a quien lo mira ( otra cosa es que lo consiga)

– ¿Cuándo fue la primera vez que oyó hablar de los clowns?

Cuando tenia 4 o 5 años con Gavi , Fofo , Miliki y Fofito.

– Cómo despertó su deseo de ser uno de ellos. ¿Por qué se hizo clown?

Creo que algo tiene que ver con que mi padre nunca me llevara al circo, ni a ver una función de payasos (que hoy se lo agradezco). A mí me gustaban los payasos , no me daban miedo. También creo que algo tendría que ver con los momentos de hacer el payaso con mi amigo Fernando Toscano. Sin saber bien qué era esto, me dí cuenta del respeto que había que tenerle y empecé a valorar la importancia de esta profesión. Además, diferentes experiencias que fueron surgiendo: un curso de clown que hice hace 25 años, que impartió una compañía argentina (El Club del clown). Y, mi hermana Chabela, con discapacidad, con todo lo que ha podido pasar de salud, el optimismo, la alegría y las ganas de vivir, todo eso lo he aprendido de ella.

Luis Monzon interior

Luis Monzón

– ¿De qué tipo es?

Payaso clásico – gestual es el más que me apasiona. También me gusta mucho el vagabundo, por su máscara y caracterización.

– ¿Cómo fue la formación es este campo?

En Canarias, en 1985, no habían Escuelas de Teatro, solo se impartían Monográficos (en el Cabildo y poco más). Hice algunos cursos en la isla, diferentes obras de teatro y luego decidí salir a formarme. Ahí encontré mi pasión por este género teatral: El Timbal y Aérea en Barcelona, Triángulo en Madrid… complementando con la formación autodidacta.

– ¿Cuáles han sido sus referentes, sus influencias?

Charlot, Grock, Les Fratellini, Charly River, Arturello di Popolo, el Clu del Clown, entre otros…

– ¿Cuál piensa que es el papel de esta profesión en la sociedad actual?

Cada vez se hace más necesario reír, necesitamos esta terapia. El payaso es el médico del espíritu, del alma y tiene un papel importantísimo en la sociedad, hoy en día.

– ¿Ha cambiado mucho este sector desde que comenzó?

Sí, gracias a Dios y a Alá! Por su puesto que ha habido una evolución, y ésta ha sido positiva.

– ¿A qué publico se suele dirigir?

Me gusta dirigirme al público familiar, porque es una representación de la sociedad: la familia.

– ¿Alguna ilusión que quiera alcanzar como clown?

Ser pagado en tiempo y forma, que en algunos casos se cumple. En ese caso se realizan tus sueños: trabajar en lo que te gusta, disfrutarlo y que el esfuerzo sea recompensado.

– Qué piensa sobre la implantación escolar fomentando la creatividad y las emociones. ¿Le ve futuro?

Es el futuro. Lo afirmo rotundamente. Fomentar la creatividad y apoyar económicamente las iniciativas artísticas, es un paso para la creación de una sociedad más libre, inteligente y culta. En todo ello reside la felicidad del ser humano.

– Si vamos a uno de los talleres que imparte sobre ‘Risas’ ¿qué podremos esperar?

Principalmente el objetivo es reírse de uno mismo, así se libera mucha crisis interna. Vemos hasta dónde somos capaces de llegar sin tapujos ni escrúpulos, reconociendo dónde está la línea y tener la valentía o la cobardía de cruzarla o no, llegar a sentir el ridículo delante de otras personas… Todas estas sensaciones limpian el alma, liberan tensión y ayudan a hacernos crecer interiormente.

– Para ser un clown, ¿De cuántas pieles, máscaras o ‘capas de cebolla’ debemos deshacernos? ¿Qué papel juega la vulnerabilidad, el miedo, el ridículo, el conocimiento de uno mismo… en esta profesión?

El clown es un personaje que hay que interpretar pero tiene mucho corazón. Esto quiere decir que es muy camaleónico, dulce e ingenuo, curioso, lunático, disparatado, trasgresor, desprovisto de armas y defensas, honesto y sincero. Igual no se trata tanto de deshacerse de pieles, sino de jugar con ellas desde el respeto y la verdad, para llegar a donde queremos ir: el corazón del espectador. El clown es un personaje que su éxito radica en el fracaso, con la única pretensión de burlarse de sí mismo para hacer reflexionar y transmitir felicidad a su público.

– ¿Qué anécdota destacaría de su carrera hasta hoy?

Trabajar en el Hospital Materno Infantil me hacía sentir muy útil en la vida. Por otra parte, la primera vez que salimos de Canarias a México, con mi madre en el elenco, llorábamos de emoción… Tan fuerte fue todo esto que me puse malo con 40 de fiebre!

– ¿Qué consejos le daría a una persona que se inicia en su especialidad hoy?

El respeto al oficio, que un payaso no es alguien que se pone una nariz roja y quiere hacer reír a los demás… Que es mucho más.

– Para finalizar, añada alguna última frase que se le venga a la mente…

Suelo decir que entre el llanto y la risa, lo único que tenemos es la nariz y no se puede perder.

 

Enlaces de interés:

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