Mario Vega dirige el estreno absoluto de la obra inspirada en la novela homónima de Antonio Lozano, con Marta Viera como única protagonista, en un sugerente espectáculo lleno de recursos animados que operan como parte consustancial de la escenografía y la trama dramática

En la mañana del día 10 de marzo, se llevó a cabo sobre el escenario de Teatro Guiniguada de la capital grancanaria, la presentación del estreno absoluto del montaje teatral ‘Me llamo Suleimán’, que los próximos días 13 y 14 será estrenado en el mencionado espacio escénico, en funciones que darán comienzo a las 20.30 horas.

Mario Vega, director de la obra inspirada en la novela del mismo título escrita por Antonio Lozano, vuelve a reencontrarse con el citado autor tras su participación en la revista musical ‘El crimen de la perra Chona’, para levantar este drama épico que relata la cruda historia del tormentoso periplo desde Malí hasta Canarias que afronta un adolescente huyendo de la pobreza y la  miseria.

Presentacio Me llamo Suleiman

El montaje está coproducido por el Ayuntamiento de Agüimes y apoyado directamente por Amnistía Internacional. En la presentación del montaje participaron esta mañana la actriz protagonista, Marta Viera, su director, Mario Vega, el escritor Antonio Lozano, el director general de Cultura del Gobierno de Canarias, Xerach Gutiérrez, y Dácil H. Galván, miembro de Amnistía Internacional.

El montaje que interpreta la actriz lanzaroteña Marta Viera se apoya en una notable puesta en escena integrada por una gran pared de casi un centenar de cajas de cartón, sobre las que se proyectan infinidad de imágenes de animación elaboradas por Juan Carlos Cruz, que se integran como un personaje más de este montaje que cuenta con música del reconocido artista africano Salif Keita.

“Ese muro de cartón –avanzó Mario Vega- no sólo nos permite obtener una superficie plana de proyección, sino un elemento escénico de primer orden que ofrece con su versatilidad componentes y elementos que se incorporan sucesivamente y otorgan un carácter tridimensional a la dramaturgia. Desde la cultura también podemos aportar luz sobre el periplo épico de todas esas personas que luchan por sus ideales y una vida mejor”.

Vega concilia fuerzas contrarias en ‘Me llamo Suleimán’, diluye el terreno del monólogo y teje un delicado y poético relato que posee una traducción plástica muy efectista y expresiva alrededor de la espiral trágica y vital en la que se ve envuelto Suleimán Keita al contarnos su viaje y explicarnos los motivos que lo impulsaron a emprenderlo.

Marta Viera señaló durante el acto de presentación del estreno que se vio obligada a distanciarse de la cruda historia de Suleimán para poder luego contarla desde “la verdad que impone la interpretación actoral. Es la primera vez que me enfrento a un monólogo teatral y, encima, de estas características y envergadura. Trabajo sola en escena acompañada de multitud de animaciones. Nunca había tenido sobre al escena un compañero que no hablara ni que me diera réplicas”. Viera interpreta tanto al joven Suleimán Keita como a Isabel, una policía con la que el adolescente maliense mantiene en la fase final del montaje unos lacerantes diálogos lleno de verdad y emotividad.

La actriz Marta Viera canta en dos instantes del montaje las dos canciones compuestas por Keita, ‘Chérie S’En Va’ y ‘Papa’, que han sido arregladas para este espectáculo por los músicos Germán García Arias y Carlos Oramas, respectivamente.

El escritor Antonio Lozano, que editó hace un año el libro en la editorial Anaya, señaló que su novela de ficción es “muy oral”. Trabajó en la adaptación teatral junto a Mario Vega, “porque el teatro ofrece la posibilidad de abrir una nueva vía al cumplimiento del objetivo de que la sociedad se haga cargo del drama insoslayable que supone la inmigración. Los luctuosos sucesos de los viajes en patera acontecen una y otra vez en las costas españolas o en las de Lampedusa. Detrás de cada caso existe un drama humano y el teatro nos permite abordar el tema desde otra perspectiva mostrando otra dimensión más cercana e intensa”, sostuvo Lozano.

Este es un viaje que concluye muy lejos de donde se inicia. Un sofocante y penoso viaje, pero lleno de vida. Como dice Suleimán finalizando la novela, “los viajes tienen un principio y un fin, eso es todo. A veces terminan así, de golpe, cuando menos te lo esperas”. Ese dolor latente que nos agita hablándonos desde el escenario es el más incómodo y verdadero interrogante dirigido hacia nuestras acomodadas conciencias.

Dácil H. Galván, representante del grupo local de Amnistía Internacional, entidad que colabora en la obra ‘Me llamo Suleimán’, explicó que la citada ONG participa en este proyecto, porque “incide en la difusión y en la posibilidad de sensibilizar a la población y a través de sus escuelas solidarias no sólo sobre la realidad del drama de los procesos migratorios sino, sobre la problemática de los derechos humanos”.