El nacionalismo canario se desdibuja, pierde seguidores. ¿Guarda relación esta evidencia con el hecho de que hayan abandonado paulatinamente el apoyo a la cultura? ¿Podemos hablar de relación entre nacionalismo y cultura en Canarias?
El hecho de que los nacionalistas canarios lleven ocho años recortando la inversión en cultura, concretamente un 86% acumulado, está teniendo consecuencias políticas ya que existe una relación directa entre la cultura y el sentimiento nacionalista.
Lo que nos diferencia
Lo que diferencia a los pueblos de forma relevante es su propia cultura, lo que denominamos señas de identidad.
Los médicos o los medicamentos, las carreteras, las señales de tráfico o los coches, los bomberos, los servicios de limpieza o los carteros son iguales aquí, en Murcia o en Albacete.
Lo que sí nos diferencia, de manera indiscutible, es todo lo relacionado con nuestra cultura, con nuestras señas de identidad.
Esta es una cuestión que los denominados nacionalismos históricos; gallegos, vascos o catalanes, han tenido muy claro y lo han cuidado y protegido hasta extremos que a veces podrían resultarnos sorprendentes a los canarios. Por ejemplo; estamos acostumbrados a que vascos, gallegos o catalanes reciban a personalidades ofreciéndoles una muestra de su cultura mediante sus instrumentos nacionales y sus bailes ancestrales. Una recepción oficial sin estos elementos es impensable para ellos.
Otro claro ejemplo lo tenemos en la docencia. Mientras que la gaita galega se enseña en los conservatorios de Galicia o el txistu y la trikitixa en los conservatorios vascos, en Canarias, después de 23 años de gobiernos nacionalistas, no hemos logrado reglar la docencia del timple o las chácaras en nuestros conservatorios.
Otra evidencia es el hecho de que en el País Vasco se invierta en cultura, proporcionalmente, diez veces más que en Canarias.
Nuestra cultura
¿Pero es cultura vasca solo el txistu o la trikitixa? No. También lo es su rock, su lengua, su literatura, sus museos, su moda, su gastronomía, su teatro, etc.
Igual pasa con nuestra cultura canaria que no solo es timple, chácaras, tambores y lapas. Es nuestra literatura, nuestra variante linguística, nuestro teatro, nuestra pintura, nuestra danza, nuestros museos, nuestra gastronomía, nuestro rock, nuestro jazz o nuestros cantautores, por solo citar algunos ejemplos.
Binomio cultura-nacionalismo
Todos recordamos los conciertos multitudinarios de grupos como Taller Canario, Taburiente, Mestisay o Artenara con gran proliferación de banderas con las siete estrellas verdes. Eventos en los que el elemento diferenciador, donde nuestras señas de identidad, nuestra sensación de pertenencia a un espacio geográfico se enaltecía de forma generosa y espontánea. Y no solo pasaba con los grupos de actualización folklórica, también pasaba con los exitosos grupos del denominado rock canario como Eructo del Bisonte y Teclados Fritos, o United con su genial versión rock de la Cantata del Mencey Loco que murió de inanición como tantas magníficas iniciativas culturales canarias por falta de visión estratégica institucional.
Nuestras Industrias Culturales y Creativas desaparecen mientras que el nacionalismo canario pierde fuelle. ¿Casualidad? ¿Causalidad?
Parece que casi nadie de los que realmente toman las decisiones en los partidos nacionalistas canarios ha logrado entender este binomio natural. Y esta es la causa. No es casualidad.
¿Es la cultura algo más que una herramienta para el nacionalismo?
La cultura, además de un bien social, es un bien económico que generó unos ingresos de 2.250 millones de dólares en 2013, lo que supone un 3 % del PIB mundial y 29,5 millones de empleos equivalentes al 1% de la población activa, superando a los servicios de telecomunicaciones en el mundo (1.570 millones de dólares) y representando más puestos de trabajo que los de la industria automovilística de Europa, Japón y Estados Unidos en su conjunto (25 millones). Se puede consultar el estudio completo realizado por E&Y sobre el sector aquí.
Nadie discute las ayudas al automóvil o las ayudas a la actividad agrícola, pero invertir en cultura parece que no tiene sentido para nuestros nacionalistas ni por la riqueza que pueda crear, ni por los puestos de trabajo, ni por la cohesión social, ni por hacernos más competitivos en el sector turístico, ni por tener una sociedad culta, ni para conseguir más votos.
Elecciones Generales
Estamos en plena campaña para las Elecciones Generales y los partidos políticos se llenan de promesas y propuestas preclaras. Otra forma de entender el cómo perciben la cultura es analizando sus propuestas aunque, como ya advertí en mi anterior artículo, lo que realmente importa es la asignación de las partidas presupuestarias y no lo que digan en campaña.
En materia de cultura cada partido nos propone sus ideas y nos puede servir de termómetro. Aquí les dejo los enlaces a sus programas y podrán comprobar no solo el número de páginas que le dedica cada formación a la cultura sino la relevancia de las mismas para que ustedes saquen sus propias conclusiones.
Enrique Mateu es creador y empresario, asesor externo en Innovación para las Industrias Culturales y Creativas en Deloitte y miembro del Consejo Canario de Cultura.
