Costumbres

Andan diciendo que la peluquería cerrará dos días de los seis que normalmente permanece en activo; la puerta de cristales se abre y cierra cada vez que algún pié se adentra. Repiqueteo de campanas una, y ahora otra, y otra…¿las seis?
Gentío en la plaza, por todas las esquinas, bordeando los árboles, y vallas; aquella señora sonríe y en la cabeza se eleva un montículo trenzado, sonríe, sonríe…es como si llevara la divinidad encima, cruza la calle desde la peluquería a la plaza. Ahora las sábanas ondean igual que una enorme bandera de colores, luego la casa se viste de primavera en su exterior. Debió ser más amable, debió suprimir esas palabras toscas; casi un insulto, pensó aquella mujer con el niño en sus brazos; un señor sumamente desagradable no se merece Doña Regina…no.
Cae la tarde, llega la espesura gris y cada cual escoge un camino. Realmente mereció la pena compartir cerca del césped unas cuantas páginas de aventuras, de misterios…mañana ,si, mañana será otro día…

María Gladys Estévez.
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