A cuesta con Jesús crucificado
Subo el camino del calvario de la vida
Y recuerdo de su dolor los latigazos
Que aveces siento en mí, y hacen heridas
De pieles flageladas y huesos rotos
De alma atormentada por las penas
Hacen caminos los pasos doloridos
Del ser humano que transita sin sentido
Sus ansias y miserias.
Vivir en el dolor, ¡Vivir atado!
a un cuerpo que lastima y golpea
con fuerte frustración absorbe el daño
deforma la ilusión , la zarandea
te roba la energía, te humilla y desconsuela.
Ombligo sin cordón que te sujete
Más que el hilo frágil de la vida
Me hace preguntarme muchas veces
¿Qué fuerza es esa que levantar te hace
por miles de veces que te caes?
Y pienso en mi total incongruencia
Que es el amor el que levanta hasta los aires
Al alma maltratada por su cuerpo
Usando hasta el último aliento
Las fuerzas que retiene secuestrada
Para amar, para seguir amando
Para sentirte amada
Para aún sin fuerzas estar andando
Por esta cuesta de la vida empinada
Si no hay amor que te levante
No tienes nada
Te afianzas en él con tal coraje
Que no permites caerte derrumbada
(Clara Isabel Hernández Cabrera)
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