Víctor Álamo de la Rosa

Alguien cuenta una historia. La suya. Una historia dentro de una ciudad, la Ciudad; un espacio distópico con cuatro rascacielos y una sociedad dividida donde los caníbales, en realidad, no son los depredadores. Una historia con una certeza: nada es lo que parece; y un hecho: la impotencia barre las esperanzas. Alguien, da igual quién, cuenta una historia sobre la degeneración, así, en general; una historia que, a grandes rasgos, no deja de ser una historia de monstruos.

Vuelve Víctor Álamo de la Rosa. Tras El pacto de las viudas (2019), el autor de siempre, el magistral orfebre de la palabra, vuelve; y lo hace en esta ocasión con una prodigiosa novela que, en sí misma, es un extraordinario ejercicio de metaliteratura, pues no se sujeta a ninguna clasificación de las conocidas: tan pronto la leemos en clave de novela social como nos damos cuenta de que, en realidad, es una novela psicológica; en ocasiones, aparece como simbólica y, en no pocos instantes, se muestra como una obra de suspense; no faltan las páginas románticas ni las que cabría ubicar dentro de la fantasía, tampoco las terroríficas; a veces, percibimos que aquello que leemos es propio de la novela negra; y del drama, y del realismo, y…

La ternura del caníbal (Editorial Siete Islas) solo acepta una clasificación: es una obra de Víctor Álamo De la Rosa; o sea, una joya de nuestra literatura. Con situarla en este punto ya lo hemos dicho todo.