Foto The Sugar Hill Band

Sea como fuere, Toba decide retirarse –y van dos- con la banda que lidera en ese momento, la Sugar Hill, y lo hace en el Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria el 15 de septiembre del 2000, invitando a algunos amigos como Alex Ortega al bajo, Antonio Sosa a la trompeta, Juan Torres a la guitarra y Niwi Cárdenes cantando. Hay que decir que en esta última etapa de la Sugar Hill se incorporan a la banda dos cantantes negras, Sinetha Foxter y Eartha Sims, que junto con Pilar Ramos son las tres voces femeninas. El resto en este concierto de despedida son: Alejandro Bonino, piano; Antonio Montesdeoca; guitarra, José Antonio Ramírez, bajo; Pepe Cabrera, batería; Juan Ureña, trompeta; Juan Ramón (el hombre de Agaete), trompeta; Venancio Blanco, trombón; Elio Moreno, saxo; José Medina, saxo, y Cristóbal.

Lola y yo tuvimos el honor de hacerle la presentación en ese supuesto concierto de despedida, y digo supuesto porque Toba ya ha amenazado en alguna ocasión con despedirse y afortunadamente no lo ha hecho. El Auditorio Alfredo Kraus estuvo lleno al completo y sin duda fue un concierto cargado de emotividad en el que se pudo ver entre el público a buena parte de los músicos setenteros de la capital. Era la primera vez que una banda de rock canario actuaba en la sala principal, pues concretamente Los Coquillos habían grabado un disco en directo en el Auditorio, pero en una de las llamadas salas menores. El evento de la Sugar Hill lo grabamos unos coleguillas con tres cámaras digitales para posteriormente editar un vídeo de 45 minutos que recogía parte de los temas y una extensa entrevista realizada  a Cristóbal, en la que éste recorría toda su trayectoria: Good bye, el último concierto de la Sugar Hill Band.

Esa fue la retirada oficial, pero las actuaciones siguen coleando. A mediados de octubre –es decir, un mes más tarde- se desplaza a Londres para tocar en el Museo de la Ciencia, en una fiesta privada organizada por el Gobierno de Canarias –también estuvo José Antonio Ramos- como fin de fiesta a los empresarios canarios, políticos y demás peña que viaja a estos eventos de promoción de las islas en el extranjero. Parte de la prensa local criticó este evento por su elevado coste, dado que era básicamente para los canarios desplazados allí, que iban subvencionados por el Gobierno (las papas y el mojo, la pata, los vinos…, viajaron en avión también). Pero ese no es el tema que nos ocupa. Como dice Toba parafraseando a un viejo conocido suyo: “Yo nunca he estado en política. La política es un negocio… sucio” Además, antes de que acabe el año tocan en la Fiesta Fin de Milenio organizada por el Colegio de Arquitectos de la capital grancanaria el 23 de diciembre.

Sea como fuere, espero que sigamos viendo a Toba encima de un escenario,  aunque sólo sea como artista invitado. Es bueno verle por sí mismo, pero también por un egoísmo personal que nos ayuda a reivindicar que con cincuenta tacos –cuarenta en Canarias- se puede estar al frente de una banda de rock o de R&B, en este caso.

Esperemos que se haga realidad esta última cita de Cristóbal Suárez: “Como dijo Martín Luther King: ‘I got a dream’. Yo también sueño a veces, y sueño que toco ante cien mil personas con una banda genial. No sé…, quizás cuando sea mayor”.