L’occasione fa il ladro (La ocasión hace al ladrón) es una farsa cómica en un acto compuesta por Gioachino Rossini sobre un libreto en italiano de Luigi Prividali, basado en Le prétendu par hazard, ou L’occasione fait le larron (1810) de Eugène Scribe.
Música: Gioachino Rossini
Libreto: Luigi Prividali
Producción de la Fundación Canaria Teatro Pérez Galdós, el Conservatorio Superior de Música de Canarias y Universität der Künste Berlin con la participación de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Gran Canaria, la Escuela de Actores de Canarias, el Instituto Politécnico de Las Palmas y la organización de la Dirección General de Formación Profesional y Educación de Adultos de la Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias.
Dirección Musical: Errico Fresis
Dirección de Escena: Ignacio Cabrera
Orquesta del Conservatorio Superior de Música de Canarias
Berenice: (soprano)
Don Eusebio: (tenor)
Don Parmenione: (barítono)
Ernestina: (soprano)
Martino: (barítono)
Conte Alberto: (tenor)
Proyecto interdisciplinar InterArtes Canarias 2013
Coproducción del Teatro Pérez Galdós
Días: 20 y 21 de Marzo 2013 – 20.30h
Precios: Zona A: 12 € – Zona B: 12 € – Zona C: 6 €
Texto explicativo de PROYECTO ARTÍSTICO FORMATIVO INTERDISCIPLINAR DE CANARIAS
L’occasione fa il ladro (La ocasión hace al ladrón) es una farsa comica en un acto compuesta por Gioachino Rossini sobre un libreto en italianode Luigi Prividali, basado en Le prétendu par hazard, ou L’occasione fait le larron (1810) de Eugène Scribe. Se estrenó en el Teatro San Moisè deVenecia el 24 de noviembre de 1812.
Fue compuesta por Rossini en no más de 11 días cuando tenia 20 años, es la cuarta de las cinco farsas compuestas por Rossini para al teatro San Moisè de Venecia entre 1810 y 1813.
Esta versión de la conocida opera buffa, sumamente entretenida y creativa de Rossini, explica una historia con final feliz de amores y equívocos, que tiene como marco temporal la inmigración canaria a Cuba tras su independencia.
Desde la salida del Puerto de la Luz una terrible noche de tormenta, Don Parmenione (André Dionisio Baleiro) acompañado de su asistente Martino (Andreas Christoph Bichsel) hombre aventurero jactancioso y atrevido, y el Conde Alberto (Rubén Pérez Rodríguez), noble refinado y sensible, buscan refugio en algunos de los salones del barco.
Don Parmenione anda a la búsqueda de la hermana de un amigo que ha huido con un hombre, y el Conde Alberto viaja a Cuba para encontrarse por primera vez con Berenice (Judith Pezoa), la mujer que su padre, en su lecho de muerte, le ha destinado como esposa y que todavía no conoce. Este primer encuentro se producirá dentro del barco que llevará a ambos hasta el Caribe.
Ambos hombres comentan las razones de sus viajes y el Conde relatará que durante el viaje conocerá a la que será su esposa. El acompañante del Conde por confusión y error, coge las maletas de Parmenione, y para cuando éste y Martino se dan cuenta, nuestro aristócrata ya se ha perdido entre el pasaje del barco.
Martino decide abrir las maletas y allí se encuentran el retrato de la que suponen es la novia del Conde. Al instante, Don Parmenione decide apoderarse de la identidad del Conde Alberto y hacerse pasar por él para cortejar a la novia desconocida.
Por otro lado la joven prometida Berenice, sobrina de Don Eusebio (Manuel Gómez Ruíz), capitán del Correíllo, está triste porque su padre quiere que se case con alguien de buena posición a quien ella no conoce.
Berenice decide que Ernestina (Dafne Oramas), su fiel acompañante y confidente, intercambie su identidad con ella para conocer de incógnito a su futuro pretendiente, y responder a lo que le dicte su corazón, a la par que indaga sobre los verdaderos sentimientos del novio.
Don Parmenione haciéndose pasar por el Conde Alberto y Ernestina, haciéndose pasar por Berenice, se encuentran y se enamoran a pesar de que el parecido de ella con el retrato sea escaso.
Al mismo tiempo pero por otro lado, el Conde Alberto se topa con una Berenice enmascarada de Ernestina, enamorándose también de inmediato.
En un momento determinado, se encuentran los dos “Albertos” argumentado que cada uno es “el novio” prometido. Después de la confusión, el Capitán y Ernestina interrogan a Martino que escapa milagrosamente del acoso, perseguido por parte de la tripulación del barco.
Tras una conversación con el Conde Alberto, Ernestina se convence de que éste es el verdadero novio. Berenice interroga por otro lado al que hasta ahora todas consideraban el novio oficial Don Parmenione, el cual comete graves errores sobre la familia de Alberto y sus negocios, lo que hace que ella se convenza también, de que el que se encuentra ante ella, es el impostor que ha usurpado la personalidad del que tendría que ser su prometido.
Finalmente los hombres sellan un pacto y establecen un pacto donde ambos descubren sus verdaderos sentimientos, Don Parmenione quiere casarse con Ernestina y el Conde Alberto con la joven marquesita Berenice.
Casi al final, Don Parmenione revela su verdadera identidad al Capitán Don Eusebio, y Ernestina confiesa ser la mujer fugitiva que Don Parmenione andaba buscando.
Don Parmenione le ofrece matrimonio, mientras que el Conde Alberto y Berenice también se declaran amor eterno. El final feliz está asegurado, y así transcurre con el anuncio de ambos casamientos.