Este jueves, 20 de junio, a las 20.00 horas, en el Centro de Artes Plásticas del Cabildo de Gran Canaria (calle Colón, 8, Las Palmas de Gran Canaria), será inaugurada la muestra ‘El símbolo de la cruz’, de la creadora Ana Seco Durán. La individual está inspirada en la cruz, entendida como símbolo de culturas que van desde la egipcia a la danesa, pasando por la canaria o la etíope, a partir de un trabajo riguroso y documentado de investigación planteado por Durán en sus frecuentes viajes como cooperante. Al acto de mañana acude el coordinador general de Cultura, Patrimonio Histórico y Museos, Larry Álvarez.
La artista señala que “he realizado un estudio teórico de investigación exhaustiva de los símbolos pre-cristianos de los territorios que integran este proyecto, así como de sus procesos de cristianización y las posteriores interpretaciones gráficas del símbolo influenciadas por sus propias raíces culturales. He estudiado la situación actual de estas manifestaciones en su desgaste y transformaciones a través del tiempo y la globalización, uniendo de esta forma tradición y contemporaneidad”.
La muestra ‘El símbolo de la cruz’, que permanecerá abierta hasta el día 26 de julio en el Centro de Artes Plásticas del Cabildo grancanario, examina artísticamente el concepto tanto religioso como estético de la cruz. Desde hace seis años, Seco Durán indaga en ese binomio singular: desde los vibrantes colores azules y rojos que sirven de fondo a las cruces etíopes, y que configuran hermosas formas cercanas al mundo vegetal y a la estética de los esmaltes, hasta las fascinantes fotografías de muros de los templos faraónicos de Egipto, donde los antiguos cristianos se refugiaban y mezclaban las cruces rehundidas en la piedra con los símbolos paganos.
Como explica la crítica Ángeles Alemán en las páginas del catálogo editado para la muestra de la creadora, “Ana Seco llega a Etiopía, o a Egipto, o a Ankara donde actualmente vive, y empieza a recorrer las calles y los mercados, observa y visita iglesias y mezquitas, lleva su cámara fotográfica al hombro y va recopilando imágenes, va escuchando los idiomas nuevos que finalmente empieza a entender, comparte sus vivencias y habla con otros amigos que están también de paso, o son habitantes permanentes de cada una de esas ciudades. En este deambular, en esta búsqueda del lugar recóndito, sagrado o no, que atrae su atención, Ana Seco ha ido creando un mapa propio, muy personal, de los lugares en que las cruces han llamado más su atención. Cuando ha llegado el momento de ponerlo en orden, su mirada se vuelve a su lugar de origen, y centrada en Canarias, traza una cruz imaginaria en el mapa. Entonces empieza una segunda fase de esta tesis suya tan personal, y llega con los otros extremos de la cruz imaginaria del mapa a otros lugares”.
La propia artista, que durante años ha recopilado información, surge ahora con una energía renovada, decidida a contar a partir de ahora su nueva versión de este signo ancestral. Desde los orígenes de los signos cruciformes, desde los soles mesopotámicos, hasta las versiones actuales de cruces floridas o de elementos arquitectónicos, Ana Seco ha realizado una investigación, intensa y profunda, con el espíritu de una tesis elaborada, para después reelaborar estos discursos en formas ligeras y modernas.
Ana Seco estudió Bellas Artes en la Universidad de La Laguna. Tras acabar su licenciatura, realizó estudios de posgrado en Madrid, especializándose en diseño gráfico y la publicidad. Más tarde se trasladó a Nueva York, donde se especializó en diseño de accesorios en la Parsons University y en el Fashion Institute of Technology.
Pese a encontrar empleo en el apasionante mundo neoyorquino de la moda, Ana Seco continuó formándose, asistiendo a cursos en diferentes ciudades del mundo para ampliar sus conocimientos y su técnica. Destacan los recibidos en la especialidad de mosaicos en la Facultad de Bellas Artes de Alejandría. En El Cairo recibió un curso de cerámica en el Art Village y, ya viviendo en China, asistió en el Centro Cultural de Pekín a un curso sobre pintura del país asiático. Por último, ha estudiado on-line comunicación y marketing en universidades de Nueva York y Madrid.
Tras abandonar definitivamente Nueva York, Ana Seco, que siempre se había sentido atraída por la cooperación internacional, da un salto sorprendente en su trayectoria y se marcha a Etiopía. Allí, ayudó a crear una escuela de diseño y fabricación de ropa, trabajando así para formar a su vez a las que serían profesoras de esta escuela en el futuro, dotando así de autonomía pedagógica y profesional a un nutrido grupo de mujeres.